lunes, 24 de enero de 2011

La rosa se amustia

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

La izquierda está en crisis, aquí y en el resto de Europa. No se me entienda mal: todo el mundo está en crisis, pero la izquierda que es capaz de gobernar está peor. Y va más allá de la debacle financiera o de los desbarajustes electorales. La socialdemocracia ha perdido el norte y el sentido, y anda errática en el tablero político, sin contar con propuestas propias ni ideas actualizadas.

La socialdemocracia, en contraposición al conservadurismo y liberalismo, defendía tres pilares básicos: una economía mixta público-privada, un estado del bienester con ayudas y prestaciones a los más necesitados, y una mezcolanza entre laicismo, secularización y recaudación de impuestos en tramos progresivos. Pues bien, hoy, en pleno siglo XXI, hemos alcanzado tales metas. Y lo que deberíamos considerar como una victoria de la socialdemocracia: todos los partidos, de un lado a otro del arco parlamentario, comparten estos puntos en sus programas.

Imaginemos dos hipótesis. La primera es una sociedad con una alta tasa de inmigración. Se presenta a las elecciones un partido que aboga por la expulsión de todos los inmigrantes. Ese partido gana en los comicios, forma gobierno y expulsa a los no nativos. En las siguientes elecciones, ¿tiene sentido que vuelva a presentarse, si no tiene nada nuevo que ofrecer?

La segunda hipótesis: una región cuenta con un partido independentista, que arrasa en las elecciones locales. Con las masas a favor, convoca un referéndum de independencia y lo gana. Nace un nuevo estado. En las primeras elecciones que se celebran, ¿tiene sentido que este partido vuelva a presentarse, si ya ha conseguido el objetivo que le daba sentido?

Por tanto, una vez que nuestra sociedad cuenta con una economía de libre mercado, con organismos públicos reguladores, con asociaciones que defienden los derechos de los usuarios, clientes y trabajadores, con un estado que garantiza las pensiones, las contraprestaciones por desempleo, las ayudas por invalidez o minusvalías, con impuestos proporcionales a la riqueza del contribuyente... ¿tiene sentido ser socialdemócrata? ¿No lo somos todos?

Por ello, y aunque la socialdemocracia haya conquistado sus principales metas y, más meritorio, haya naturalizado y fundido los derechos sociales con los derechos civiles y políticos, su éxito ha supuesto su muerte, su sin sentido, su inutilidad.


"Eso pasa con todas las ideologías", pensará el lector. Podría ser, pero no es lo que se traduce de la voluntad de las urnas. Los partidos neo-comunistas o ecologistas aportan nuevas ideas desde la extrema (que no extremista) izquierda, anuando derechos individuales y de sostenibilidad. Los liberales emergen como catalizadores de la comunión entre las crisis y el capitalismo, a la vez que critican el intervencionismo del estado. Los conservadores recuperan (no innovan, renuevan) como bandera el nacionalismo, el orden y la tradición. ¿Y la socialdemocracia?

Sólo seis de los 27 países de la Unión Europea son socialdemócratas, entre ellos (tomemos nota, porque aunque no haya relación, no deja de ser irónico) España, Portugal y Grecia. Todos los cargos de relevancia de la Unión Europea son ocupados por conservadores o liberales: la Presidencia de la Unión (Van Rompuy), de la Comisión (Durão Barroso), del Europarlamento (Buzek), del Eurogrupo (Juncker)...

Y mientras, en Catalunya, el PSC sufrió un batacazo electoral del que aún no se han repuesto, y lo que es peor, aún no se han dado cuenta de lo que ha significado obtener el peor resultado de su historia ("jugamos como siempre," dicen los socialistas, "y perdimos como nunca").

Que las encuestas sitúen a Xavier Trias tan por delante del candidato socialista a la alcaldía de Barcelona (sea Tura, exalcaldesa de Mollet!!, o Hereu) es denigrante para la ciudad, pero más lo es para el PSC. Que Mariano Rajoy pueda ganar las elecciones por mayoría absoluta (la mayor de la historia, dicen algunos) es vergonzoso para España, pero aún más para el PSOE.

Se buscan refundadores de ideologías con urgencia. Abstenerse miembros jóvenes del partido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario