martes, 7 de febrero de 2012

De congresos descafeinados (y II)

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Tengo que confesar que estuve pendiente del televisor para saber quién había ganado el 38º Congreso del PSOE. Todo esto fue motivado por los rumores que circularon durante la semana pasada, en el que se apuntaba la victoria de Chacón por un ajustado margen. Sin embargo, Rubalcaba el Jacobino se impuso por 22 votos de sendos delgados, de 956 posibles.

La formación de la ejecutiva durante la madrugada no deja lugar de dudas: Alfredo no es magnánimo en la victoria y marginó a todo aquel que no le fue afín. Con una excepción; el díscolo Griñan ha sido nombrado Presidente del PSOE (figura símbolica), en substitución de otro andaluz, Manuel Chaves. Sin embargo, este gesto no es generoso; es para no provocar al Presidente de la Junta aún más descrédito de cara a la elecciones andaluzas. Se le ha perdonado, de momento, que él y sus ardientes y jóvenes partidarios socialistas andaluces apoyaran tenazmente a la candidata que se asociaba con el cambio, aunque fuera por descarte.

Chacón ha sido derrotada, pero su guerra puede que no haya acabado. Aunque la decepción de este revés le provoque una gran amargura, pues se veía muy claramente de Secretaria General, puede optar por ser la candidata al Gobierno. Y puede ser, en una rocambolesca trama futura, que Alfredo decida adoptar la bicefalia en el PSOE y deje el camino libre para Carme Chacón, esperando que sea ella quien se lleve el castañazo de 2014 contra un PP que puede haber sacado de la crisis al país.

Sin embargo, Rubalcaba es, digamoslo claro, viejo. Cuando se celebren las próximas generales, y como ya dije en la anterior entrada, 64 años y medio. Y no dudo de que su edad afecte a su capacidad para gobernar, pero me niego a creer que la generación de los 70-80, la generación mejor formada, no haya generado a un candidato mejor. Y sí, puede ser Eduardo Madina. Y no, no me paga para que hable de él.

Y no olvidemos que uno de las más vilipendiados en esta derrota chaconista ha sido el PSC. Su fracaso es triple: su candidata renegó de ellos durante la campaña, fue derrotada, y ganó el candidato centralista. Si Chacón no hubiera consentido voces discordantes, Rubalcaba no tolerará ni una tos. Quien se mueva, no sale en la foto.

El PSC, ante este panorama, se debate entre dos opciones: o bajar la cabeza como buenos siervos, o sufrir una desastrosa guerra civil entre los españolistas y los catalanistas. Este Congreso del PSOE puede haber cabado la tumba de la socialdemocracia catalana.




lunes, 6 de febrero de 2012

De congresos descafeinados (I)

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

El principal afectado por el tsunami azul de las pasadas elecciones generales es, obviamente, el PSOE. Apartado de todos los resortes de poder a nivel nacional, y esperando la anunciada debacle en su feudo andaluz, solo gestionará (y de manera compartida) el Gobierno Vasco. Triste bagaje del partido que una vez gobernó todo lo gobernable. El lector dirá que esto es normal, que se debe a los vaivenes electorales, las tendencias de voto y la crisis económica. Pero no, no es solamente eso.

El PSOE, como buen ejemplo de partido socialdemócrata europeo, vive una muy preocupante crisis de identidad y de ideario. El “de dónde venimos” está claro; lo que falla es el “a dónde vamos”. Y lejos de aprovechar la ocasión del congreso extraordinario para plantear un serio debate sobre el futuro o un brain-storming de nuevas ideas, dedicarán este evento a confrontar las dos viejas imágenes del PSOE.

Rubalcaba, candidato de lo que se denomina el “aparato”, encarna el alma socialista pura y llanamente española, muy en la línea de Bono, Ibarra y compañía. Suya es la concepción de una nación de izquierdas centralista, un calco del modelo francés de entre guerras. Unidad de programa, unidad de planteamientos, seriedad y experiencia, responsabilidad y senectud: Alfredo tendrá 64 y medio cuando se celebren las próximas elecciones generales.

Chacón, la (antigua) delfín de Zapatero, encarna esa ola de modernidad, de intelectualidad de izquierdas más allá del patriotismo; por sino fuera poco hándicap su condición de mujer y de catalana (España es, ante todo, un país profundamente machista y tradicionalista), defiende un modelo (ligeramente) federalista cuyo énfasis no deja de remarcar constantemente. Aúna los apoyos de los sectores más izquierdistas y más federalistas, y de aquellos que, como Tomás Gómez (secretarios del PSOE de Madrid), están enfrentados al aparato socialista. Es el de Chacón, más que un movimiento heterogéneo, una amalgama de antis y contras.

Recordemos por un momento el último congreso socialista que eligió secretario general a Zapatero. En este congreso se presentaron cuatro candidatos. Uno era el oficialista, el candidato del aparato: José Bono. El segundo en discordia era un desconocido diputado por León que sumaba apoyos de las más reformistas tendencias dentro del socialismo. La tercera candidata era una sparring del sector guerrista (de Alfonso Guerra), que la podríamos catalogar como la izquierda de la izquierda. La última candidata, representándose a sí misma, era Rosa Díez, que podríamos decir que era la derecha de la izquierda, o la izquierda más nacionalista.

De los cuatro candidatos, el que ganó (ZP) gobernó y sumó a su gobierno a su principal opositor (Bono), en un gesto sumamente táctico (“Ten cerca a tus amigos, pero más a tus enemigos" dicen que dijo Sun Tzu). La guerrista pasó a tercer plano, y Rosa Díez se fue del PSOE y fundó, con suerte dispar, UPyD. Ese congreso sí fue catártico, y significó el triunfo del socialismo plural en contraposición al tradicionalismo y nacionalismo español. Hasta que llegó la crisis.

En el congreso actualidad, difícilmente un candidato se podía imponer con facilidad al otro. Difícilmente alguno de los dos podría ser una buena elección como líder socialista. Mientras Alfredo y Carme se pelean, el PSOE se oxida y aumenta el peligro de seguir la senda de UCD (que, en una legislatura, pasó de gobernarlo todo a desaparecer como partido).

Y mientras, el militante socialista espera al único valor en alza: Eduardo Madina.