martes, 29 de marzo de 2011

Infoxicación

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Hay anuncios en la televisión que se te quedan grabados en el córtex, ya sea por una cancioncilla repetitiva o un estribillo contundente, un lema chocante o una idea curiosa. La gran mayoría de las veces, estos anuncios pasan a tu historia memorística sin recorda, en cambio, qué narices anunciaban.

El propósito de las líneas anteriores es resaltar ese anuncio (que ignoro el producto que vende) que habla sobre la infoxicación, la mezcla entre información e intoxicación, o la sobrecarga de información. El término, como cuenta la Wikipedia, más que ser actual, lleva más de cuarenta años entre nosotros, pero el anunciante la ha "restaurado" para, paradójicamente, hacer lo mismo que denuncia: sobrecargarnos con información inútil.

Estamos, sin duda, ante una época en que no solamente nos apabulla el ingente volumen de información, sino que llegamos a desconfiar hasta el extremo de cualquier fuente, sea de donde sea, y venga de donde venga.

Mientras los medios de comunicación y la opinión pública (si es que existe este engrendro abstracto...) justifican la intervención en Libia para parar la masacre de Gaddafi, nos olvidamos de los muertos civiles en Yemen, Siria, o Costa de Marfil, donde las matanzas son más cruentas y numerosas. Y uno no sabe si hacer caso a los que dicen que hemos intervenido en Libia porque hay petroleo, o realmente es porque está más cerca, o porque las potencias occidentales (y árabes, ojo!) le tenían ganas a Gaddafi. Y alguno se pregunta cuál será la siguiente guerra, y si no tocará, tal vez, un poco más de cerca.


En el otro lado del mundo, Japón se estremece aún entre radioactividad y reconstrucción, y obviamos que hubo hace una semana un terremoto en Birmania. De entre la sobreinformación, nos destacan que los japoneses se muestran enteros en la tragedia, cívicos civilizados, y que incluso ni lloran. Luego otros medios insinúan que el mismo Gobierno japonés esconde a sus conciudadanos los niveles de radiación, el número de muertos y el impacto real de la tragedia. Paralelamente, la empresa propietaria de la central de Fukushima es la encargada de informar sobre los riesgos de fugas radiactivas y de diseñar la estrategia de contención y evacuación. Y alguno se pregunta qué diferencia Japón de Chernóbil, una central de otra, y un pueblo de otro.

En nuestra casa, el banquero Botín se erige como gobernante en la sombra, y exige a Zapatero que aguante lo que pueda en el poder, para no desestabilizar la incipiente recuperación económica (del Banco Santander). Y en Pedralbes, Mas y oposición se reúnen para consensuar medidas económicas, y al salir, unos dicen que la reunión ha sido un éxito y los otros, un fracaso. Y alguno se pregunta porqué el gobierno no gobierna y se deja de paripés fotogénicos y salones de tertulias.

Una juez(a) debe dictaminar si este fin de semana hay liga o no, pues los clubes quieren eliminar el partido en abierto (solo uno entre diez...), saltándose así una ley (LEY!) aprobada por el Parlamento español, y la gente no decimos nada, como si el circo futbolístico nos fuera ajeno, cuando al español medio es lo que más le preocupa (con permiso del corazón), a tenor de las audiencias televisivas. Y alguno se pregunta si la televisión es cultura (APM? dixit) o esclaviza.


Uno permanece perplejo ante tanto alboroto noticiero, ante tanta infinidad de opiniones, ante tanto púlpito adoctrinador, y ya no sabe qué creer, qué pensar. Cuanto más, menos. Y alguno se pregunta de qué sirve avanzar, si siempre creemos (pues parece) que retrocedemos. Y algún otro no se pregunta nada, víctima del abrazo mortal, de la mortaja inevitable del mundo globalizado

Y alguno se pregunta si este artículo no es infoxicación....

lunes, 21 de marzo de 2011

Los Cornetas del Apocalipsis

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Los Cornetas del Apocalipsis es un libro del periodista José María Izquierdo donde (re)trata las lindeces que esa parte (de la derecha) del periodismo madrileño dedica a amigos, enemigos, contrarios y propios. El autor elabora Las Cornetas a base de un refinado y selectivo canibalismo (como yo) de los artículos de la llamada caverna mediática, pero no solo copia, sino que reflexiona sobre los motivos de fondo y las contradicciones que (de)muestran Carlos Dávila, Jiménez Losantos, Isabel San Sebastián, César Vidal...

El título es acertado, pues los cornetas son los que anuncian la venida de los jinetes, los verdaderos destructores del orden conocido. Estos periodistas, enconados en la mas rancia y (tal vez) fascista derechona, se rasgan las vestiduras y se arañan los ojos, entre gritos e insultos, sobre el fin del mundo bajo mandato progresista, y lanzan al mundo sus viliosas medicinas para curar la sociedad. Somos, más que nunca, como los Estados Unidos: un bipartidismo polarizado, una sociedad anestesiada y permeable a mensajes contundentemente acusadores, y una derecha belicosa y rabiosa, como un lobo hambriento, como un loco harapiento.

Dijo Ana Morgade en el APM?, sobre la caverna mediática deportiva, que no es que haya dos bandos, es que solo hay un bando que insulta, y el resto estamos flipando.

Portada de El Mundo, cuando el Parlament prohibió las corridas de toros. Ganaron los animales...

Pues, navegantes, no vamos a decubrir ahora las conexiones entre la caverna mediática política y deportiva, pero tal vez ya es hora de ponerlas en el mismo bando, en el mismo saco. Hoy, Relaño y Losantos, Roncero y San Sebastián, son parte del mismo ariete falsario, son cornetas del apocalipsis, anunciadores del fin del mundo veraz y saludadores de una nueva sociedad manipulada.

El autor, José María Izquierdo, se autodefine como catador de alimentos, como antaño se hacía con emperadores romanos y papas medievales, para determinar si existen venenos o derivados, y si no fuera el caso, presentar los manjares a quienes fueran a comerlos. Dice el autor que él ya está inmunizado a los venenos de la derecha, y que no tiene riesgo alguno para su salud sumergirse en tales lodos.
Pero el libro es el protagonista, y aunque no me lo leeré (tengo las digestiones pesadas, y el estómago delicado), recomiendo una lectura rápida (para evitar intoxicaciones) si alguna vez cae en vuestras manos, u os perdéis deambulantes por alguna librería tipo FNAC.

martes, 15 de marzo de 2011

Ser o estar: torturando a la democracia

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Ya van varias veces que el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos le tira de las orejas a la Justicia española, y la última ha sido condenar a España a indemnizar a Arnaldo Otegi con 20.000 euros por su condena en 2005, acusado de injurias al Rey.

Este alto tribunal, con sede en Estrasburgo, no tiene nada que ver con la Unión Europea, sino que es un fruto de un acuerdo entre todos los países de Europa (¿todos? ¡No! Falta Bielorrusia, ese engrendro dictatorial post-URSS). De hecho, la sala que ha juzgado el caso "Otegi" está formada por un juez rumano, uno moldavo, uno georgiano, uno eslovaco, uno armenio, uno andorrano y otro español. Y no es un chiste...

Los hechos son los siguientes: en un mitin de Batasuna (cuando aún era legal...), Otegi señaló al Rey de España como responsable de los que cometieron las torturas a miembros del diario Egunkaria (del que hablaré luego). Rápidamente, los jueces le imputaron el cargo de injurias al monarca, del que fue juzgado y condenado a un año de prisión, que cumplió.

Pero el Tribunal de Estrasburgo, más que defender la libertad de expresión de Otegi (pues le critica las declaraciones que hizo), ataca al ordenamiento jurídico español, pues dice que no es compatible con la Carta de los Derechos Humanos el tener una ley que otorgue más derechos a una persona (en este caso, el Rey) que a otra.

Es decir, se nos abren dos reflexiones ante tal sentencia:

La primera hace referencia a la facilidad judicial con la que se encausa a cualquier afín a las ideas independentistas vascas. Sortu es un ejemplo reciente (¿qué más debe hacer un partido para ser legal? ¿Sabéis que Sortu presentó unos estatutos para su fundación y legalización copiados a los estatutos del PSOE?). Si presumimos de estar en un estado democrático, lo único que nos distingue de los etarras es la defensa del estado de derecho, justicia incluída. Si no es así, somos tan terroristas como ellos.

La segunda se centra en la inviolabilidad de la figura del Monarca español. Es difícil separar la persona (Juan Carlos de Borbón) del cargo de jefe de estado (Rey de España), puesto que ejerce las 24 horas. Pero, ¿debe tener su persona (no su cargo) más derechos o protecciones que un ciudadano cualquiera? ¿Un insulto al Rey debe estar más penado que un insulto a otra persona (sea Presidente, Obispo, jugador de futbol o barrendero)? ¿El magnicidio o regicidio debe comportar más años en prisión que un asesinato?

¿No son estos dos temas una rémora de nuestro pasado franquista? ¿Hemos hecho limpio con la dictadura? ¿Vivimos en un estado completamente democrático? En definitiva, ¿son tantas las diferencias entre Irán, Venezuela, Francia, Rusia o España?


SOBRE EGUNKARIA:

Egunkaria era un diario, una suerte de Avui vasco, que fue cerrado por orden judicial, pues se le consideró parte del entramado de ETA. Los periodistas que dirigían el diario fueron detenidos y torturados. En abril de 2010, la Audiencia Nacional cerró el juicio, absolviendo a los acusados y declarando que el cierre no tenía base legal. El tribunal de Estrasburgo contínua estudiando si hubo torturas... Martxelo Otamendi, director del diario, declaró, al salir de la cárcel:

El trato ha sido cruel y absolutamente inhumano. No hay derecho al trato recibido por Juan Mari Torrealdai, de 60 años, una eminencia de la cultura vasca. Me ha contado que ha recibido palizas tremendas, a Xabier Alegría le han practicado sesiones de "bolsa", a mí me lo han hecho dos veces... y en el caso de los otros no sé, he visto a Iñaki Uria y a Xabier Oleaga, pero no he podido hablar con ellos, no me han transmitido lo ocurrido. (...) Es increíble que en el 2003 existan semejantes agujeros negros en instituciones como ésta y semejante impunidad para llevar a cabo tales prácticas. Les da igual que reclames cualquier derecho, les da igual tu situación, les da igual que no sepas nada. Es igual. Debes decir algo para salir vivo...

En su momento, todos los medios de comunicación españoles, la opinión pública y los dos grandes partidos se alegraron y celebraron por lo alto el cierre del diario Egunkaria, y ridiculizaron públicamente a los torturados. Hoy, una vez absueltos los implicados, nadie ha pedido perdón. Y sus caras no se han caído de vergüenza.

Más declaraciones de Otamendi aquí. Ojo, porque son realmente muy chocantes...


REFLEXIÓN FINAL

Bofetada de Europa a la justicia española, y ni una sola voz crítica interna. Torturas a ciudadanos que son torturas a la democracia, y pocos son los que se escandalizan. Defender los principios democráticos saltándose esos mismo principios democráticos, y nadie condena la falacia.

España, ¿es una democracia o está en democracia?. Pues bien es sabido que el verbo "ser" atribuye al sujeto algo que es parte de su propia esencia, algo permanente, mientras que el verbo "estar" alude a una característica que no le es propia, sino solo transitoria.

viernes, 11 de marzo de 2011

Multas lingüísticas

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Hoy se ha conocido que durante 2010 la Generalitat multó a 205 establecimientos por no rotular su letreros en catalán, recaudando 185.000 euros. Recordemos que la Ley de Política Lingüística, en su artículo 36, habla de que los letreros de los comercios han de figurar, como mínimo, en catalán.

Algunos (mesetarios y no mesetarios) se escandalizarán al ver que un gobierno impone multas por la lengua utilizada en un establecimiento privado, y acusarán a Catalunya de ser algo parecido (o peor) al régimen nazi, o al régimen de Franco (que para el caso, es lo mismo...), y se inventarán trolas como que las multas son por rotular en castellano (no, no, no es por rotular en castellano, es por no rotular también en catalán... ¿no somos bilingües?) y bla bla bla...

Vamos a ir por partes, porque este tema tiene enjundia.

LEGALIDAD:

Diversos tribunales españoles, tales como el muy conocido Tribunal Supremo, o ese otro tan amigo de lo catalán, el Tribunal Constitucional, han avalado la Ley de Política Lingüística. Quienes desfian tales leyes son, por simple regla de tres, contrarios a los postulados de la Sagrada y Inmaculada Constitución española. Qué gran ironía, que los más españolistas sean inconstitucionales...

PROCESO DE SANCIÓN:

Cuando las instituciones catalanas se percatan de que un comercio no tiene rotulaciones o impresos informativos en catalán, y deciden hacer algo (porque, señores, 205 establecimientos son pocos: en mi calle, ya hay una docena que no están rotulados en catalán...), como decía, las instituciones se personan en el local e informan al dueño que puede ser víctima de una sanción económica. Acto seguido, le informan que puede optar por una subvención para cambiar su letrero y adaptarlo a la ley. Varios meses después, vuelven a personarse en el local, y si no se ha realizado el cambio, o no está en marcha, proceden a multar al establecimiento.

Esto, señores, es la aplicación más laxa de una ley que he visto en mi corta vida. ¿Alguien se imagina este procedimiento contra otra ley vulnerada? ¿Que no te multen al momento, sino que incluso te paguen para que no puedas incumplir la norma? Lo injusto no es la ley en sí, sino el proceso de sanción.

Ante tal evidencia, queda claro que quien vulnera la ley es porque quiere, o porque no le sale de los cojones poner su letrero también en catalán. Pues me parece muy bien que se multe a aquel empresario que tenga una manía, una fobia, un odio tan irracional hacia una lengua que es propia y oficial. Solo recuerdo que por quemar una bandera rojigualda o una foto del Rey te pueden caer varios años de prisión... ¿Y sólo 1.000 euros por odiar una lengua? Me parece barato, qué queréis que os diga...

INCONGRUENCIAS:

Pero aún hay más. ¿Qué pasa con ese dueño que no le da la gana cambiar su letrero por otro, porque le tiene un cariño especial, vete tú a saber...? ¡Nada! Es muy sencillo esquivar la ley: pones una pegatina (¡una pegatina!) en el aparador, en el letrero, donde sea que pueda ser visible desde el exterior, con la misma información, pero en catalán y... ¡tachán! ¡Prueba superada! No te pueden sancionar.

Pero aún hay más. Un señor llamado Pepe monta una panadería, y él, votante de Ciutadans, quiere que su letrero ponga, solamente, "Panadería Pepe". Fácil; solo tiene que registrar el nombre de la empresa como "Panadería Pepe S.L.", y se podrá saltar la ley nuevamente.

Pero, ay, amigos navegantes, no hemos acabado con las incongruencias. Porque se ve que en este país (Catalunya, se entiende) de nazis, de opresores, de discriminadores de todo lo español, las multas lingüísticas no acaban aquí. En Catalunya se multa a los productos que no están etiquetados en castellano. ¿Cómo? ¿En castellano? ¡Vaya nazis que están hechos estos catalanes! Ah..., espera..., un momento... si multan por no estar en castellano, no pasa nada, eso es correcto...


La falacia es denunciar las multas por no rotular en catalán, alegando la defensa de las libertades lingüísticas, para luego apoyar las multas por no etiquetar en castellano.

Porque sí, da la casualidad que en 2010 se multaron a 328 empresas cuyos productos no estaban etiquetados en castellano, ya que existen 120 leyes estatales (!120, señores, 120!) que obligan a utilizar el castellano en los diversos ámbitos comerciales. Y la Generalitat, que tiene competencias en materia lingüística, sanciona de acuerdo a las leyes vigentes. Sin ir más lejos, IKEA se ganó una multa de 8.000 euros por etiquetar en sueco y inglés, pero no en castellano. ¿Dónde están los falsarios de Ciutadans, UPyD y PP denunciando esta falta de libertad, esta imposición lingüística? ¿O es que el problema no es la imposición en sí, sino la lengua impuesta?


CURIOSIDADES:

En Baleares, existe una Ley de Política Lingüística similar, y ya se han procedido a multar a aquellos establecimientos que no rotulan también en catalán.

Da la casualidad que todas las multas en territorio catalán han sido a comercios que sus letreros estaban, únicamente, en castellano. La cantidad de restaurantes chinos, de döner kebab, de colmados... regentados por inmigrantes, que no hablan ni papa de castellano (ni catalán) y, en cambio, todos ellos cumplan la ley. Qué casualidad que los que no la cumplan sean españoles 100%...

¿Sabéis que si os ponen una multa por estacionamiento indebido, y la señal de tráfico está exclusivamente en catalán, podéis recurrir la sanción, y con total seguridad os será retirada la multa, pues por ley deben estar en también en castellano?

OPINIÓN PERSONAL:

A mí, de entrada, prohibir y multar me horroriza. Prefiero más la desgravación fiscal, el incentivo, la subvención... no sé, creo que se gana más con una zanahoria que con un palo. Pero me toca más la moral que, desde muchos sectores, se acuse de fascista una ley catalana, cuando existen centenares de leyes similares en España, y en el resto del mundo. La crítica visceral hacia la Ley de Política Lingüística, dejando de lado otras leyes análogas, solo tiene una explicación: ODIO DISCRIMINATORIO. Porque ya no es incongruencia, ya no es defender la libertad, es simplemente situar una lengua encima de otra, minusvalorar y despreciar la pequeña, la débil, favoreciendo descaradamente la fuerte, con el claro objetivo de aniquilar y asimilar culturalmente a una minoría dentro de un estado. Es injusto e inmoral. Me causa pena y rabia. Y lo peor es que la única manera de poner al catalán y al castellano en las mismas condiciones, cara a cara, de igual a igual, es tener un estado detrás que defienda al catalán. O independencia, o asimilación. Es cuestión de tiempo. Y de huevos.

jueves, 10 de marzo de 2011

De parches energéticos

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Parece que el Gobierno Español no hace más que dar bandazos. La desorientación de nuestros gobernantes ante la crisis es ya claramente evidente, incluso entre aquellos, como yo mismo, que nos cuesta seguir y compartir las tesis de la op(p)osición.

La última ocurrencia del PSOE han sido las medidas de ahorro energético. Como sabrá el lector, entre las propuestas figura la polémica reducción de la velocidad máxima en autovías y autopistas de 120 a 110 km/h. Evidentemente, cualquier mente medianamente cultivada y lúcida comprenderá que una reducción de velocidad conlleva un menor consumo, y, lo más importante, comporta una mayor eficacia energética. Es decir, circulando a menor velocidad se consumen menos litros por kilómetro. Por mucho que un lobby automovilístico como el RACC diga que el ahorro es mínimo.


España tiene un problema energético, sin duda. De hecho, un partido antinuclear como el PSOE ha tenido que traicionar (una vez más) su programa electoral alargando la vida de varias centrales nucleares. Por ello, se entiende que, ante la situación en el mundo árabe y el encarecimiento del barril de petróleo, llegando a máximos históricos, el Gobierno presente un plan de ahorro de combustibles. Pensemos también que el Gobierno no inventa, sino que copia, pues estas medidas son exactamente iguales a las adoptadas por EEUU en los años 70 ante una crisis energética similiar.

Pero, como siempre, la intención se presume buena, y lo que fallan son las formas. El ahorro con la reducción de velocidad se percibe equívoco ("si pago yo la gasolina, y no el Gobierno, pues corro a la velocidad que quiero", dicen las gentes corrientes), mientras que los gastos a corto plazo parecen ser mayores que los posibles beneficios. (Pim pam pum es la música rítmica española: en el reajuste de la señales de tráfico, algunas comunidades cambian el número 2 por el 1, otras enganchan pegatinas, y Catalunya las cambia por completo... Quién lo entienda, que me lo explique).


Pero si solo fuera esto, nos podríamos sentir afortunados. La improvisación en el cálculo de las consecuencias va más allá: la reducción de un 5% en las tarifas de cercanías y transporte público metropolitano se hizo sin consenso de los gerentes de estos transportes, es decir, las autonomías. Hasta tal punto llegó el feo del Gobierno, que tanto la Generalitat como la Comunidad de Madrid se negaron a reducir sus tarifas, si no venían acompañadas de una compensación monetaria por parte del Estado (como se dijo en su momento, parece como si el Gobierno invitase a café y obligue luego a pagar la cuenta al invitado). Y ya ni hablamos del plan renove de neumáticos que no existen...

Con todo, a España le falta independencia energética. Nuestras reservas de crudo y de gas son muy inferiores a la media europea, nuestra dependencia eléctrica con Francia es endémica, y nuestro gasto medio de electricidad, combustible y agua corriente es excesivo. Nos hace falta, sin dilación, una reestructuración en nuestros hábitos de consumo energético.

Sugiero que en vez de una reducción de velocidad, se incentiven los carriles VAO, se reduzcan los peajes a aquellos vehículos con más de dos personas, se desgrave la compra de vehículos híbridos, poco contaminantes o de bajo consumo, y se grave por ejemplo, la compra de 4x4. Que se desinfle el precio del billete de transporte público de varias zonas, que se incrementa la frecuencia de los autobuses más usados y, por qué no, que se imponga un superimpuesto en la compra de gasolina, que haga realmente descender su consumo .

Seguro que un debate nacional de ahorro energético es necesario. Tal vez, el momento actual no sea el adecuado, ni que se plantee de tal manera que parezca una ocurrencia cualquiera del ministro de turno, y menos, sobre todo, que los gobernantes aduzcan que las medidas son de carácter temporal por la situación de Libia, cuando no se conoce ni la duración de esa guerra civil, ni sus consecuencias en la producción de crudo. Pero para crudo, el futuro de nosotros los gobernados, con estos gobernantes

jueves, 3 de marzo de 2011

El torpedo Laporta

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

A penas tres meses ha durado la aventura de Solidaritat Catalana per la Independència. Joan Laporta ha anunciado hoy que no volverá a formar parte de esta coalición, y que se irá con su partido a otro lado, preferiblemente ERC. El cainismo catalán es de aúpa.

Todo comenzó con Barcelona. Laporta tenía previsto que Solidaritat se uniera a ERC y a RCat en Barcelona, bajo el estandarte de Portabella, y él como segundo. Pero, de los cinco partidos que forman Solidaritat, sólo uno (el de Laporta, Democràcia nosequé...) estaba por la labor de coaligarse con reagrupados y republicanos. Joan Laporta, que le ha cogido el gusto de que nadie le tosa (en el Barça, en el Parlament, en su partido...), se ha pillado un cabreo de campeonato y ha dejado a Solidaritat en la estacada.

Es ya el enésimo episodio de división en el independentismo. De hecho, en el mundo científico sabemos que los independentistas, a base de sucesivas divisiones de divisiones, acabaron descubriendo el átomo! Jamás hubo tantos independentistas en Catalunya (encuestas dixit) pero nunca hubo tanta división, y lo que es peor, nunca se hizo tanto el ridículo. Ni cuando la Rahola y su PI.

Por tanto, ya no queda en el panorama político ni una sola fuerza independentista con un mínimo de credibilidad. Ni ERC, en caída libre, ni CIU, taimada y oscilante, ni SI, en plena división, ni RCat, diluída entre republicanos... Tal vez, la lección que deba tomar la ciudadanía (aquella que crea que se viviría mejor en una Catalunya independiente) es que, si quiere cambios, ha de dejar de lado a los políticos y tomar el ejemplo de, no sé, Túnez?

Pero, al loro! ¿Podría ser que Laporta fuera un submarino, un torpedo a la línia de flotación, un quintacolumnista, un personajillo sustentado por otros, con el único objetivo de sembrar caos en el mundo independentista? ¿Podría ser un agente del nacionalismo moderado para dividir el ala radical catalana? ¿O tal vez sea un enviado del socialismo, para evitar que las izquierdas caigan en la fiebre soberanista? ¿O también pueda ser que sobreestimemos a los políticos, y que sean unos niños caprichosos que juegan a decidir las cosas según las vean venir?
¿Es Laporta un topo de... la caverna mediática?
Me avergüenzo, sin duda, de formar parte de este sector tan esperpéntico. Laporta, azicate españolista, es también quién da más coba a la caverna. Si esta es la gente que nos ha de conducir hacia la nueva nación, ¡ay de Catalunya! Seremos el hazmerreir del mundo. Más, incluso, que España.

Ojalá Andorra nos invadiese...