jueves, 3 de marzo de 2011

El torpedo Laporta

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

A penas tres meses ha durado la aventura de Solidaritat Catalana per la Independència. Joan Laporta ha anunciado hoy que no volverá a formar parte de esta coalición, y que se irá con su partido a otro lado, preferiblemente ERC. El cainismo catalán es de aúpa.

Todo comenzó con Barcelona. Laporta tenía previsto que Solidaritat se uniera a ERC y a RCat en Barcelona, bajo el estandarte de Portabella, y él como segundo. Pero, de los cinco partidos que forman Solidaritat, sólo uno (el de Laporta, Democràcia nosequé...) estaba por la labor de coaligarse con reagrupados y republicanos. Joan Laporta, que le ha cogido el gusto de que nadie le tosa (en el Barça, en el Parlament, en su partido...), se ha pillado un cabreo de campeonato y ha dejado a Solidaritat en la estacada.

Es ya el enésimo episodio de división en el independentismo. De hecho, en el mundo científico sabemos que los independentistas, a base de sucesivas divisiones de divisiones, acabaron descubriendo el átomo! Jamás hubo tantos independentistas en Catalunya (encuestas dixit) pero nunca hubo tanta división, y lo que es peor, nunca se hizo tanto el ridículo. Ni cuando la Rahola y su PI.

Por tanto, ya no queda en el panorama político ni una sola fuerza independentista con un mínimo de credibilidad. Ni ERC, en caída libre, ni CIU, taimada y oscilante, ni SI, en plena división, ni RCat, diluída entre republicanos... Tal vez, la lección que deba tomar la ciudadanía (aquella que crea que se viviría mejor en una Catalunya independiente) es que, si quiere cambios, ha de dejar de lado a los políticos y tomar el ejemplo de, no sé, Túnez?

Pero, al loro! ¿Podría ser que Laporta fuera un submarino, un torpedo a la línia de flotación, un quintacolumnista, un personajillo sustentado por otros, con el único objetivo de sembrar caos en el mundo independentista? ¿Podría ser un agente del nacionalismo moderado para dividir el ala radical catalana? ¿O tal vez sea un enviado del socialismo, para evitar que las izquierdas caigan en la fiebre soberanista? ¿O también pueda ser que sobreestimemos a los políticos, y que sean unos niños caprichosos que juegan a decidir las cosas según las vean venir?
¿Es Laporta un topo de... la caverna mediática?
Me avergüenzo, sin duda, de formar parte de este sector tan esperpéntico. Laporta, azicate españolista, es también quién da más coba a la caverna. Si esta es la gente que nos ha de conducir hacia la nueva nación, ¡ay de Catalunya! Seremos el hazmerreir del mundo. Más, incluso, que España.

Ojalá Andorra nos invadiese...

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