martes, 27 de diciembre de 2011

Despues del 20-N

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

La marea azul ha borrado del mapa ibérico el rojo socialista. El mapa de las elecciones generales era muy locuaz; solo las provincias rebeldes vascongadas y catalanas desentonaban en la tónica general. Es el hecho diferenciador más claro desde la instauración de la democracia. Y lejos de causar una reflexión en la clase política española, han pasado totalmente desapercibidas.

El nuevo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afronta esta cruda etapa con algo más importante entre manos que el destino de una parte incomprendida de las Españas. La crisis amenaza, y no decrece, y Alemania se impacienta. Rajoy al menos ha conseguido algo de margen: un paquete de recortes ahora y otro en marzo, después de las elecciones andaluzas. La (re)conquista de España no puede ser completa hasta la conquista del Reino de Granada, como en 1492. Pero creedme, Rajoy no querría estar gobernando, porque duda de que sea(mos) capaz de salir de esta en breve.

Mientras, el PSOE se retira a lamerse sus heridas, que son muchas y profundas. No es un problema ideológico de la izquierda española, que también, sino que el vacío de la socialdemocracia afecta a toda Europa. Y lo peor que le puede pasar a la socialdemocracia es que, tras la crisis, haya un profundo sentimiento de vengaza contra las clases privilegiadas y los recortes en el estado del biniestar, porque ello sería pan para hoy y hambre para mañana. Les daría una prórroga de 15, tal vez, 20 años, pero al fin debería suceder un debate interno, de gran calado, sobre la construcción de un sistema económico y social alternativo a este capitalismo. Hasta entonces, a contracorriente.

La legislatura comienza pues con una mayoría absolutísima, con una monarquía salpicada y un principal partido opositor en plena guerra civil encubierta. Por suerte, jamás el Congreso fue tan plural. Por desgracia, jamás un Congreso tuvo menos poder que ahora.

Y Europa? Europa ya no existe.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Resumen del 2011

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Catalunya, región incomprendida e incoherente, agranda su desafección con España sin que ello se traduzca en victorias electorales de los independentistas. A lo sumo, cambia el largo y duradero color rojo del gobierno de su capital, a pesar de que el mismo partido en la Generalitat lidere los recortes a nivel nacional. El fútbol se convierte en el único motivo de orgullo ante una sociedad hastiada, desecantada y claramente desorientada. En calidad de la región más europea de las Españas, Catalunya ve asomar las orejas a los partidos xenófobos cual democracia escandinava se preste, puesto que las crisis son caldo de cultivo de ideas autoritarias.

España sufre el cuarto año de crisis entre ataques de los mercados y amenazas germanas. El 15-M se recuerda lejano e idealista, dipositadas en sus abstractas manos la fustración y la voluntad de cambio de una sociedad angustiada. Los terroristas etarras declaran un abandono de las armas permanente que escasamente incide en la sociedad en general, puesto que esta es una época de descreídos e incrédulos. Las elecciones municipales ya auguraron una marea azul que se hizo imparable en las generales de noviembre; el PSOE en desbandada, en caótico estado y en guerra civil encubierta, busca un referente que lo convierta, sino en partido ganador, al menos en opción creible. Rajoy se erige en estadista moderado y prepara los recortes que sacudirán los cimientos de un país que se hasta hace bien poco se creyó rico.

Europa, cuna de occidente, se encoge ante las continuas recesiones económicas y, de entre las cenizas, surge un líder de habla alemana para hacerse con el control absoluto, como si todo fuera parte de un plan tremendamente astuto y trazado con anterioridad. Los PIGS han caído, los tecnócratas se hacen con el poder y se desaloja al último gobierno socialdemócrata de Europa. Adiós de Zapatero y de Berlusconi, hola a las democracias tuteladas por Bruselas. El Norte domina al Sur, y los anglosajones se baten en retirada.

El mundo inició el año con esperanzas árabes fruto de sus revolucinarias primaveras twitteadas. Cayó Gadaffi y murió Bin Laden. Los BRIC crecen en tamaño e influencia y África crece gracias a las inversiones chinas, los nuevos banqueros-imperialistas de nuestro planeta.  Nace Sudán del Sur, para convertirse paradójicamente en uno de los estados más pobres del continente. El ciclo iniciado el 11 de setiembre de 2001 termina con derrota de occidente y sacudida de oriente; el terrorismo islamista decrece y la influencia estadounidense y europea se elimina. Nace una nueva era, en la que Europa es menos Europa, los EEUU se enclaustran y los emergentes toman el relevo. La era post-capitalista empieza ahora. Y todo quedará de igual manera que hasta ahora: mismo perro, distinto collar.



miércoles, 16 de noviembre de 2011

El consuelo del voto

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

No sé si es porque voy muy estresado, o porque las inminentes elecciones me la traen al pelo, pero tengo muy pocas ganas de comentar nada que sucede últimamente. Pero...

Señores, el domingo votamos. Ya no es cuestión de decidir quién nos gobernará (porque todo el mundo sabe que, gane quien gane, gobernará Merkel). Es cuestión de que, por una vez cada cuatro años que nos preguntan nuestra opinión, debemos hacer un ejercicio básico de democracia.

Este ejercicio básico es el dipositar una papeleta (bueno, de hecho dos) en una urna. Si queréis saber mi opinión, esta vez deberíamos votar en masa, pero no a los partidos tradicionales, sino a partidos que sabemos que nunca podrán gobernar. Sería nuestro derecho a la pataleta, nuestra muestra de disconformidad con los sistemas establecidos. Pero eso no pasará; somos, hoy más que nunca, una sociedad totalmente tutelada. Y además, nos lo merecemos.

Nos lo merecemos por nuestro pasotismo, nuestra desazón y nuestro nihilismo social. Nos lo merecemos porque solo sabemos opinar de política a la contra, a base de crítica y no de propuestas. Y a la vez, aceptamos el sistema, porque siempre dejamos que nos arrastre la corriente, en una apatía total hacia nuestros derechos como ciudadanos.

Yo creo en la democracia directa como principio, pero también soy consciente de que, como masa, no estamos para nada preparados ante este salto socialmente evolutivo. Pero, ¿qué hago para cambirlo? Pues, como mucho, escribir mis reflexiones en un blog. E incluso así, me sentiría eternamente satisfecho si consigo que una persona, solo una persona, se muestre disconforme aunque sea durante un instante. Es decir, aspiro a poco, y hago menos para cambiarlo. Yo, aquí y ahora, represento un prototipo de ciudadano indignado individualmente pero sin ganas, ni medios, ni ideas ni objectivos para cambiar una sociedad a todas luces decadente. Pero...

El domingo votaré, y votaré a un partido que jamás obtendrá representación, porque nada a contracorriente. Con eso, me sentiré satisfecho, quizás durante un tiempo, pensando que hice algo para cambiar nuestra sociedad. Amargo consuelo...

El hombre desdichado busca consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro, dicen que dijo Milan Kundera

viernes, 28 de octubre de 2011

La intención es lo que cuenta

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Hay bromas que son graciosas, hay otras que no tanto. Que Peces-Barba, padre de la Sagradísima Constitución Española, haga bromas histórico-políticas sobre la relación entre Catalunya y España puede ser gracioso pero es inadecuado.

Para los navegantes despistados, Peces-Barba declaró que  “qué hubiera pasado si nos hubiéramos quedado con los portugueses y hubiésemos dejado a los catalanes. Quizá nos hubiera ido mejor”. Además, y comentando sobre una posible secesión catalana, manifestó “No soy pesimista, estaremos en mejores condiciones que en otras épocas. No sé cuántas veces hubo que bombardear Barcelona.(...) Creo que esta vez se resolverá sin necesidad de bombardear Barcelona”

Qué queréis que os diga, a mí como broma no me ha hecho gracia. Pero entiendo que una persona leída, interesada por la política y la historia, pueda hacer tales reflexiones en tono jocoso. Que Peces-Barba lo piense, me parece genial. Que lo diga en público, no tanto. Pero lo peor viene tras un pequeño análisis.

Primero de todo, introduce aquí el concepto “nosotros-ellos”. El “nosotros” de Peces-Barba es España. El “ellos” somos los catalanes. Está dando por sentado algo que para nosotros tal vez sea obvio, Catalunya no es España. Los catalanes no somos españoles. Aunque para más de un catalán esta concepción sea motivo orgullo y reafirmación, para alguien que aún cree que podrían tenderse puentes entre Catalunya y España debe ser frustante. Que te lo digan tan claramente los que, en teoría, mandan y controlan (y dominan, por qué no decirlo) a Catalunya, es como decirte que eres algo extraño, algo ajeno, casi como un apestado o un intruso. Bien, esa es la mentalidad subyacente de España: Catalunya, por más que pasen los años, nunca será 100% España. Porque A no es B, como decía el post anterior.

Segundo, y ojo porque esto es mucho más peligroso, es la reacción a tales palabras. Los abogados catalanes que estaban presentes en la conferencia de Peces-Barba, al oír las declaraciones, se marcharon de la sala.Y Peces-Barba dijo, literalmente “dejad que salgan los que tienen que salir”. Y el resto del público aplaudió a rabiar. Querido(s) Lector(es): ¿cómo os sentís en un país que trata así a una parte de sus ciudadanos? ¿Qué escándalo se armaría si, en vez de catalanes, fuera con inmigrantes, mujeres u homosexuales?¿Os podéis imaginar esta misma situación con cualquier otro colectivo y que nadie, nadie, nadie en este puto país llamado España lanzase el grito al cielo, protestase, o rompiese una lanza a su favor?

Y tercero, quizás más cruel y denigrante. Peces-Barba, en sus disculpas, alegó que no era lo mismo hacer bromas con los bombardeos que sufrió Barcelona que con las víctimas del terrorismo o el bombardeo de Gernika. ¿Sabéis por qué dice que no es lo mismo? Porque los bombardeos de Barcelona fueron hechas por España, y el resto, no. Así de simple, así de cruel, así de tajante. Las salvajadas, genocidios o crueldades ajenas (no españolas) son ofensivas. Las propias (españolas) son anécdota de la historia. A pesar de que ninguna otra ciudad de España ha visto morir tanta gente inocente en manos del Ejército Español.

En resumen, las "bromas" en sí no deberían suponer problema alguno. Es la intención que hay detrás la que debe hacer reflexionar. Porque, como siempre se ha dicho, la intención es lo que cuenta.


Porque A no es B

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

El otro día (me) discutí con una chica, asturiana ella, por el tema del catalán. La verdad es que le entré al trapo, cual toro resoplando ,en cuanto soltó una frase, tristemente típica pero que (yo creía que) estaba en desuso: “Aquí (en Catalunya) solo se debería hablar español”.

Dejando de lado su afirmación, no es la primera vez que intuyo un fuerte nacionalismo español en gente proveniente de Asturias. Por lo que he podido ver, y quizás me equivoque, los asturianos sienten un profundo amor por su tierra, por Asturias, por su patria chica. Sin embargo, este sentimiento es completamente compatible con una estima igual de intensa hacia España.

Para clarificar esta reflexión, es la misma situación que me sucede a mí con L’Hospitalet y Catalunya: es un conjunto que forma parte indiscutiblemente de otro conjunto mayor. Un hospitalense es por definición ciudadano catalán. Por la misma razón, un asturiano es ciudadano español.
 

En la imagen anterior, A es Asturias y B es España. O lo queviene a ser lo mismo, A es L’Hospitalet y B es Catalunya.

Aquí un lector mesetario podrá alegar que lo mismo se podría aplicar a Catalunya y España. Pero yo, que soy de()formación de ciencias, aplico las matemáticas de conjuntos y digo que no, que no es lo mismo, por una sencilla razón matemática: el conjunto Catalunya no está exclusivamente integrado en el conjunto España. El conjunto catalán se extiende desde el Ebro hasta más allá de los Pirineos, o ¿es que un catalán del norte no se puede sentir catalán? Y este catalán del norte, ¿es catalán y, por tanto, español? Pues no, obviamente.
En la imagen anterior, A es Catalunya y B es España. La intersección de ambas es la Catalunya española.

Volviendo con los asturianos, ellos tienen muy claro que se puede ser asturiano de pura cepa y español puro y duro, y ven como una anomalía, un capricho catalán, que nosotros no creamos que hay una relación tan clara entre Catalunya y España. ¿Las razones? Históricas, políticas, sociales, y un largo etcétera.

Históricas, porque la gran mayoría de guerras en las que han tenido que luchar generaciones de catalanes han sido, o contra Castilla, o contra Francia. Además, porque España se ha construido sobre una base sólida y uniformemente castellana, que no ha incluido otras sensibilidades nacionales (como sí sucede en Suiza, Bélgica o Canadá) o no las ha respetado y diferenciado suficientemente (como sí sucede en el Reino Unido, entre Inglaterra, Escocia y Gales).

Políticas, porque desde la Primera República (allá por el 1870) no ha habido ni un solo Presidente del Gobierno español que fuera catalán, siendo como somos un 18% de la población y casi un 25% del PIB. Porque cualquier partido catalán (que no necesariamente catalanista) ha sido visto desde siempre como un partido extraño y sospechoso de separatismo. Porque da la impresión de que cualquier idea que provenga de Catalunya es nociva y contraria a España.

Sociales, porque jamás se ha hecho nada para defender la cultura catalana desde España. Porque el Instituto Cervantes, pagado por todos, solo defiende el castellano. Porque las tradiciones españolas siempre han sido las castellanas, las andaluzas, las manchegas, las madrileñas, las asturianas, las aragonesas, pero nunca las catalanas. Por cosas como esta o esta o esta.



miércoles, 19 de octubre de 2011

Puro politiqueo

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),


Ayer mismo, en el programa El Convidat de Albert Om, entrevistaron a Gerard Quintana, músico y líder de la banda catalana Sopa de Cabra. Para aquel que pudo ver el programa, tal vez le chocó que Gerard, hombre catalanoparlante y exponente de la música rock catalana, hablase con sus hijos en castellano. Si, como yo, decidisteis mirar otra cosa, quizás os hayáis enterado de tal hecho en los diarios digitales o en el twitter, donde el hashtag #yerardquintana hizo cierto furor.

Pues bien, parece que todas las sociedades cuentan con talibanes intransigentes, y Catalunya no es la excepción; miles de twitters criticando que el músico les hablase a sus hijos en el idioma de Cervantes. Se equivocan quienes pretenden imponer un idioma, y más si esta imposición se intenta realizar en la más estricta intimidad de una familia. Esto no es sino el reverso de lo que en épocas pretéritas se hacía en Catalunya. ¿Queremos convertir nuestra sociedad en algo menos que una dictadura franquista?

Por supuesto, y aunque tal hecho pueda causar sorpresa, se debe aceptar con la naturalidad que se haría si, en vez de elegir el castellano como lengua de comunicación con su familia, eligiese lenguas tan chics como la inglesa o francesa. Nadie se quejaría tanto, ni habría tanto ruido mediático. Esto solo sirve para demostrar que, aquí en Catalunya, existe el mismo recelo, el mismo odio o la misma cerrazón hacia el castellano que la que se demuestra diariamente en España hacia el catalán (valgan las quejas de varios medios en que fuera Pa Negre la película que representara a España en los Oscars…)

Que Gerard hable lo que quiera con sus hijos. Cada uno debería ser libre de hablar en su casa lo que le salga de las mismísimas laringes. Porque, criticando a Gerard Quintana, un catalán se sitúa al mismo nivel que un español intereconomizado.

Pero como me gusta repartir estopa a todo lo que se mueve, Gerard Quintana se equivoca en una cosa. En declaraciones posteriores, el músico decía, literalmente: “No pienso imponer que hablen una lengua”. Aquí yerra, en el concepto y en la forma. En la forma, porque da a entender que quienes hablan en catalán con sus hijos les están imponiendo el catalán. En el concepto, porque es él quien, eligiendo fríamente una lengua y no otra, está imponiendo una lengua a sus hijos que, según declara, no le es del todo propia.

En el fondo, la lengua con la que hables con tus hijos no debe ser una lengua impuesta o ajena a tu cultura. Debe ser, sin ningún tipo de dudas, aquella que te salga del corazón, de la estima, del amor. Aunque suene cursi. Lo demás, es decir, el simple y frío acto de elegir una lengua en cuestión para hablar con tus hijos, es puro pijerío o politiqueo. 


Normalidad democrática


Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Por primera vez en la historia del mal llamado conflicto vasco se intuye un final. Parece que ETA necesitaba de un paripé organizador para anunciar el cese definitivo de la actividad armada. Este paripé (o conferencia negociadora, según quien lo lea) ha sido avalado por personalidades internacionales como Kofi Annan, Gerry Adams y ex primeros ministros de Irlanda y Noruega. Pero ni un solo miembro de los gobiernos vasco, español y francés ha sido invitado, pues su presencia habría otorgado de cierta oficialidad a este proceso negociador.

Más allá de esta escenificación, con declaraciones de por medio, comisiones prodiálogo y propaz y brindis al sol de la reconciliación, el simple hecho que algo similar se realice es síntoma inequívoco que algo se está moviendo en el seno de la sociedad vasca, algo que empezó tal vez con el malogrado Miguel Ángel Blanco.

Que algo se mueve en el País Vasco es más que evidente. Ante la avalancha electoral prevista para Amaiur y el próximo fin de ETA, el PNV ha jugado fuerte por esta cumbre negociadora, con vistas a que los votos que pierda por su ala soberanista sean los menos posibles. A su vez, esa aura que desprende el comunicado de los mediadores sobre una posible consulta en Euskadi suena a música celestial para los peneuvistas más añorados con Ibarretxe y su plan.

El PSE, marca blanca del PSOE en Euskadi, va por libre (Recordemos que, cuando los socialistas pierdan Andalucía, el único barón que les quedará será precisamente Patxi López.) Conscientes de que el PSE es muy pero que muy minoría en la sociedad vasca, el Lehendakari juega al sí pero no. Sí al diálogo pero que negocien otros. Sí a la democracia, pero no a las consultas. Sí a que los abertzales se puedan presentar a las elecciones, pero mejor para el PSE si Batasunas o sucedáneos no están en las instituciones. López, el último de los socialistas, quiere ser equidistante entre el sector gudari y el sector españolista. Y eso, amigo Lehendakari, es imposible, porque Euskadi, aunque sea tierra de matices, al final las posturas acaban siendo o blanco o negro.

Y cómo no, al PP no le interesa para nada que ETA deje de existir. Claro que desea que no haya más muertos, faltaría más, pero sabe que electoralmente la existencia de ETA le va de perlas. Salvando las abismales distancias entre las pistolas y las urnas, el PP es el reverso de los abertzales. Pero lo que no es de recibo es la beligerancia popular hacia un proceso de negociación y disolución de ETA, acusando a los mediadores internacionales de poco más que fantoches, y a los socialistas, de poco menos que traidores.

En el fondo, una contraprestación por parte de España no es del todo injusta. Durante estos 40 años de democracia, la lucha antiterrorista ha justificado acciones españoles que se salen de lo que un honrado demócrata podría considerar como justo.

El primero es que los presos etarras, a diferencia del resto de presos, no cumplen con las leyes en materia penitenciaria. Un preso común, aun siendo un asesino en serie, debe cumplir su pena en una cárcel lo más cercana posible a su domicilio y a su núcleo familiar. Los etarras están desperdigados por las cárceles de la península y de las islas.

El segundo es la ley de partidos. Ese engendro antidemocrático solo ha servido para dejar fuera de las instituciones a una destacada minoría de Euskadi. Por relativizar esta ley y su intención, a ningún Primer Ministro del Reino Unido se le ocurrió nunca ilegalizar al Sinn Fein, brazo político del IRA, ni encarcelar a Gerry Adams, su más conocido representante.

El tercero punto es el que más temor puede despertar a los más acérrimos españolistas: un referéndum. El miedo a tal posibilidad es tan grande que incluso los más aznaristas considerarían un mal menor aceptar el primer y segundo punto si con eso se evitan tener que ceder en el tercero. Pero claro, un referéndum en Euskadi tendría su réplica inmediata en Catalunya. Y, quién sabe, tal vez alguno de los dos sale que sí a la separación…

Por otro lado, la cesión del Estado en estos tres puntos no sería una compensación a ETA por dejar de matar. Solo sería una vuelta a la normalidad democrática, una normalidad de la que España jamás ha disfrutado.


jueves, 13 de octubre de 2011

Locuciones latinas

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Recientemente, revisando unos documentos técnicos en inglés, me encontré con las abreviaturas i.e. y e.g. (que tal vez algunos de vosotros os las habréis encontrado y sepáis qué significan). Como me picó la curiosidad, he decidido compartir lo que aprendí, para uso y curioseo ajeno. Además de las estas abreviaturas con origen latino, añado algunas más para completar la familia romana.

i.e.: Siglas de id est, que literalmente significa “esto es”. Por lo que se ve, de uso bastante común en textos ingleses, y que aquí podríamos utilizar como “o sea” o "es decir", para posteriormente enumerar algunos ejemplos. Así, diríamos “Los muebles de Ikea son ideales para parejas jóvenes, i.e., son baratos, fáciles de manejar y fáciles de montar”

e.g.: Siglas de exempli gratia, que vendría a ser “por ejemplo”. Un uso de la expresión sería “En Ikea hay muchos muebles, e.g., camas, mesitas, armarios o estanterías”. Cabe destacar que si se usa esta abreviación, no se puede acabar la enumeración con un etcétera, puesto que ya va implícito.

Etcétera: Hilando con la anterior, aunque no sea exactamente una abreviatura, su significado original me ha resultado muy coherente. Proviene, cómo no, del latín, de las palabras et caetera, que significan literalmente “y lo siguiente”. Se ve que en latín se pronuncia “et caitéra”… Curioso.

q.e.d: Esta expresión me la encontré por primera vez en una clase de Mates en el colegio. Y me quedé a cuadros. Pues bien, esta locución se usa cuando se finaliza una demostración matemática y son las siglas de Quod Erat Demostrandum, es decir, “lo que se quería demostrar".

R.I.P: Comúnmente la gente, aun sabiendo que es latín, piensa que son las siglas inglesas Rest In Peace. No se aleja mucho del verdadero origen, Requiescat In Pace, que no deja de ser el “Descanse en paz” de toda la vida… o muerte (vale, lo sé, no ha hecho gracia). Curiosamente, este epitafio fue introducido por la Iglesia cristiana, puesto que los romanos utilizaban otras siglas: S.T.T.L, Sit Tibi Terra Levis, o “que la tierra te sea leve”. Mucho más coherente con la mitología romana, en el que los muertos, buenos o malos, ibantodos ellos derechitos al inframundo, con toda la Tierra sobre sus cabezas. Que fuera leve era la manera de decir que su estancia en el Hades fuera lo más tranquila posible.

INRI: Esta inscripción cuelga normalmente de la efigie de un Cristo, y son las siglas latinas de Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, “Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos”. Dice la Biblia que lo de rey de los judíos fue una mofa de los romanos, porque Jesucristo no fue rey de nada ni de nadie, en todo caso un profeta religioso. De esta sigla se ha creado una expresión castellana que dice “y para más inri...", que no deja de ser un “y por si no había poco…”.

SPQR: ¿Cuántas pelis de romanos hemos visto en el que las legiones portan estandartes con esta inscripción? Pues bien, SPQR son las siglas de Senatus Populusque Romanus, o sea, “el Senado y el Pueblo de Roma”. Qué bonito sería que actualmente, cuando saliese una ley en el BOE, esta fuera firmada por “el Gobierno y los ciudadanos españoles”…

A.E.I.O.U: Sí, sí, no me he equivocado. No es borriquito como tú, tururú. He guardado la más curiosa (y más desconocida) para el final. Estas siglas eran el lema de la Casa de los Habsburgo, que gobernaron España desde Carlos Quinto (aprox 1500) hasta Carlos IV el Hechizado (aprox 1700). La divisa familiar significaba “Austriae Est Imperare Orbi Universum”, o lo que es lo mismo, “le corresponde a Austria gobernar el mundo”. Y sí, durante casi doscientos años lo consiguieron.


España: demagogia y mala gestión

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),


Decía en el último post que una de las cosas que debemos exigir a nuestros políticos es que eviten hacer demagogias y populismos. Pues como sucede en cualquier campaña electoral que se precie, ya ha aparecido el primer disparo populista, y de la mano del candidato de CiU, Duran i Lleida.

Este democristiano arreció la demagogia y la confrontación entre regiones, declarando que el PER (Plan de Empleo Rural) era un chanchullo político andaluz para pagar a la gente por ir al bar. Tal cual. No como en Catalunya, continuaba Duran, que los payeses lo pasan francamente mal para poder cosechar y cultivar, sin ayudas ni beneficios.

Vamos a ver, y vayamos por partes. El PER es un subsidio que se paga con fondos europeos en siete comunidades españolas, (las más pobres, para que quede claro). Así, un jornalero de temporada que trabaje en el campo durante 20 días tiene derecho a un subsidio durante seis meses. Parece un chollo, ¿verdad?. Trabajo 20 días para cobrar medio año del Estado.

Pues sí, es un chollo, no lo vamos a negar, pero este chollo ha permitido que miles de jornaleros no hayan de emigrar a las ciudades y dejen deshabitado el campo. A su vez, el PER ha frenado ligeramente una hipotética inmigración extranjera para suplir los puestos vacantes de jornaleros (Duran i Lleida, eso a usted, lo de frenar la inmigración, le tendría que poner palote, digo yo...). Y tampoco es que sea excesivo el gasto del PER: 200 millones anuales, que viene a ser como dos Aeropuertos de Lleida pero mejor invertidos. O no.

Porque, tras las declaraciones de Duran i Lleida, sin duda polémicas y demagógicas, han reaccionado los políticos andaluces. Portavoces del PP, PSOE e IU han acusado al dirigente de Unió de racista, clasista y xenófobo. Pero no se ha oído ni una sola voz crítica contra lo que, a todas luces, es un subsidio agrario desproporcionado.

Es decir, ante la demagogia, la respuesta es más demagogia, pero ni una sola propuesta de enmienda, cambio o solución. ¿Y por qué? Porque el PER da votos. Por eso desde el año pasado, en plena crisis, los días mínimos a trabajar para cobrar el PER pasaron de 35 a 20. Y nadie dijo ni pío.

Pero, visto desde el punto de vista catalán, lo que vino a decir Duran i Lleida (a quien le falló el ejemplo) es que no es justo que las regiones ricas, contribuyentes netas, tengan menos servicios que las regiones pobres, receptoras de estas contribuciones. Es decir y en este caso, que un jornalero andaluz (o extremeño, o manchego, o murciano...) tenga un subsidio y no en cambio un jornalero catalán (o navarro, o valenciano, o balear...).

Este argumento vale tanto para España como para Europa: no sería justo, por poner un ejemplo, que Alemania tuviera menos servicios que Grecia... Pero es que esto en Europa nunca ha pasado, no pasa y difícilmente pasará. Pero España, ay... España es otro cantar.

Aquí la “solidaridad” desequilibrada es obligatoria, y no hay opción de queja o de reforma. A no ser que seas vasco o navarro, quee ntonces puedes ir a tu bola. Pero si eres catalán, balear, valenciano (¡o madrileño!), te toca pagar más para recibir menos que aquel que paga menos y recibe más. Pero esto no es lo peor. Especialmente los últimos años se ha mezclado esta solidaridad desequilibrada con una pésima gestión del dinero público. Lo Mal Govern, en catalán antiguo.

Aquel que pudo ver el pasado domingo el programa de la Sexta, “Salvados”, tuvo una ración extra de lo que se puede definir como mala gestión: aeropuertos de miles de millones de inversión sin pasajeros ni aviones, AVEs a pueblos perdidos del Pirineo oscense o con tantos viajeros como pueden caber en un ascensor, obras faraónicas sin uso ni beneficio…

Para solucionar la solidaridad desequilibrada, se está proponiendo un nuevo pacto fiscal, pero ante la mala gestión… ¿quién habla de solucionar la mala gestión? Nadie. Porque en el fondo sabemos que nosotros mismos, los ciudadanos, callábamos como putas muertos cuando había bonanza económica y las administraciones gastaban a espuertas. España, país de demagogos y malos gestores.

¿Será verdad aquello de que cada país tiene los gobernantes que se merece…?


sábado, 8 de octubre de 2011

10 años más de crisis

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Un servidor, que a veces y demasiadas se las da de entendido, pronosticó, allá por 2008, que la crisis iba a ser fuerte pero cortísima, con un desplome importante pero un repunte espectacular. Gracias a Dios que no estudié economía, y libré así a nuestra sociedad de otro papanatas visionario.

Ahora que llevamos ya casi cuatro años de crisis (¡cuatro!), que Grecia se cae en pedazos, a Portugal le cortan las barbas y España e Italia ponen las suyas a remojar, vuelvo a pronosticar que esta crisis va a durar diez años más.

¿Por qué?, se pregunta enmourinhado el lector. Pues porque se avecina una nueva recesión en los países que recién salían de la crisis, y se comenta que esta vez hasta Brasil y China, dos de los famosos BRIC, también podrían padecer en sus carnes todas lascrudezas de los europeos.

Para nosotros, pobres sureños europeos, una nueva recesión es como una tormenta perfecta para un barco hundido; ni lo notas. ¿Qué puede haber peor que la actual crisis económica? Con un paro endémico, una economía sumergida y una fuga de capital y cerebros, ¿qué más nos puede deparar una nueva crisis? ¿Hambruna, inseguridad ciudadana, grupos mafiosos, vuelta a la tribu?.

Los historiados del futuro seguro que analizarán esta crisis, y le pondrán un nombre rimbombante, como “la crisis capitalista” o “el crack del consumo”, como bien se hizo con el crack del 29. A su vez, si el crack del 29 nos condujo al repunte de los fascismos y regímenes dictatoriales, a la segunda guerra mundial, al fin del colonialismo y el principio del choque entre ideologías, ¿qué nos traerá esta crisis? Da miedo pensarlo…

Por otro lado, lo único que nos puede salvar es el arrimar todos el hombro en la medida de lo posible y asumir las culpas, en nuestra justa proporción, de la situación provocada. Que sí, que los políticos lo han gestionado con el músculo del final de la espalda, los bancos han intentado ganar dinero a espuertas, que la construcción era un negocio en forma de globo. Que sí, pero ahora eso ya no vale. Que ahora tenemos que agudizar el ingenio, apretarnos el cinturón y exigir a los de arriba que dejen a un lado las demagogias y los populismos.

Porque no es de recibo que los del PP (o CiU, puesto a citar), aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, recorten más de la cuenta en su afán liberalizador, como si de un Tea Party a la española se tratara. Como tampoco se puede consentir que, ante el aumento de la cifra de parados en setiembre, el Gobierno del PSOE cite a las autonomías y sus recortes como culpables del paro, cuando estos recortes han sido una obligación impuesta, precisamente, por el Gobierno central (y a su vez por Alemania, porque todos los caminos conducen a Berlín)

Que la cosa pinta bastos, no hayduda. Que la crisis nos ha dejado sin oros, y que estamos entre la espada y la pared. ¿Y las copas? Las copas, para el Barça. Panem et circenses, e iremos tirando…

miércoles, 5 de octubre de 2011

Que peten los griegos

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

De nuevo a las andadas.

Durante estos últimos días, parece que estamos viviendo lo que muchos (yo incluido) no hubiéramos llegado a imaginar jamás: estamos dejando caer a Grecia. “Que peten los griegos”, es la consigna franco-alemana. Y la dejan mecerse a merced de los mercados, que la zarandean y vilipendian igual que de si un país tercermundista y dictatorial se tratara.

Felipe González, que cuanto más tiempo pasa más prestigio gana (más por demérito de Aznar y de Zapatero que por mérito suyo), alertó en una reciente entrevista sobre tres hechos significativos. El primero es que Merkel y Sarkozy se están cargando lo que durante los años 80 y 90 construyeron Mitterrand, Kohl, Major y González mismo: la Europa Unida. La segunda es que el apoyo español fue decisivo para que la UE no pusiera trabas a la unificación e integración alemana, y que ahora deberíamos habernos cobrado este favor.

P-002369-00-1

La tercera, mucho más escandalosa, es que el PIB griego representa el 2% del total europeo, que no es ni la mitad de lo que germanos y franceses inyectaron a sus respectivos bancos. Una Europa unida, realmente unida, hubiera preferido asistir a un país hermano tocado de muerte que no apuntalar a los sistemas bancarios más fuertes de la eurozona. Pero Europa, hoy por hoy, no es Unida. Cada cual en su casa, y Alemania en la de todos.

A Grecia solo le queda recortar más y más, paracapricho alemán, y esperar que sus futuras medidas sean del agrado de la Merkel. Y pensar que, en su momento, Grecia perdonó generosamente las indemnizaciones de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial…

¿Y cómo podemos justificar una Europa unida eigualitaria, cuando en las regiones pobres se recortan servicios sociales mientras que en las ricas se mantienen? Algún alemán podrá alegar: “Bueno, es que en Grecia se falsearon las cuentas públicas, y en el sur de Europa hay una mala gestión. Primero que arreglen eso, y luego ya veremos…”

Primeramente, Haití, uno de los países más pobres y corruptos de América, ha recibido miles de millones de euros en ayudas y se les ha condonado parte de su deuda. ¿No merecen el mismo trato los griegos, o es que deben esperar a que un terremoto asole su país? Si a Grecia le acucia una deuda enorme, ¿no pueden condonar parte de esta deuda, como se hace con los países del tercer mundo? ¿O es que, como siempre, hay algo más?

¿A quién interesa que Grecia, obligada por mercados e instituciones y ante la imposibilidad de pagar su deuda, deba abandonar el euro? Sin duda, a Alemania. Una Grecia fuera de la eurozona comportaría que losbancos helenos serían más débiles de lo que son hoy y, por consiguiente, los ahorros griegos huirían en estampida para salvaguardar su seguridad. ¿Haciadónde? Pues a bancos alemanes, por supuesto. Además, un euro sin el lastre de países como Grecia rápidamente encarecería su valor: ideal para ganar más dinero con las exportaciones alemanas. Negocio redondo. Así, hasta un europeísta convencido como yo comienza a tener dudas sobre el proyecto europeo.

PS: Recordaréis que comenté que el Reino Unidoe staba igual de mal que España, pero que, al contar con su propia moneda, podían tener un control más estricto de su política económica. Recientemente, David Cameron, el Premier británico, declaró que menos mal que su país no se integró en la eurozona. El problema, como siempre, es que el euro se concibió como un nuevo marco. Alemán, por supuesto.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Un McMenú nos trajo la paz

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),
 
 
Aunque llevo un tiempo apartado de mis obligaciones blogueras, no quería dejar escapar la oportunidad de hablar sobre uno de mis últimos zambullidos por la Wikipedia que, como Castilla en su momento, es ancha y nunca se pone el sol. 
 
 
Hacía tiempo que me rondaba la idea, la reflexión, de que, gracias al capitalismo imperante, una nueva guerra mundial entre bloques, potencias o países emergentes es especialmente improbable. El porqué puede ser claro: las guerras no aportan beneficios ni a largo ni a corto plazo, las guerras destruyen y modifican la capacidad industrial de un país, las guerras hacen decrecer la mano de obra y el consumo de las familias y, en definitiva, las guerras son tremendamente caras.
 
 
Así, tras saltar de vínculo en vínculo, he llegado a la entrada de la “Ley de los Arcos Dorados”. Esta “ley”, elaborada décadas ha por un periodista del New York Times, determina que no existen dos países en el mundo los cuales tengan un McDonald’s en su territorio y se hayan declarado la guerra. Por supuesto, de ley no tiene nada, ya que son solo hechos conjuntados aplicando el método inductivo (una falacia común: un negro me roba, todos los negros son ladrones…). Esta regla bien podría valer con el Zara…
 
 
 
Países con McDonald's y año de instalación del primer establecimiento

La gracia de esta ley no está en si esos países son más o menos devora-hamburguesas, si prefieren la comida sana o la rápida, o piden McMenú grande o gigante. El quid radica en que, en un mundo globalizado y libremercadista, con interdependencias económicas y culturales claras, la resolución de conflictos debe realizarse siempre de la forma más económicamente rentable: la solución pacífica.
 
 
Ni en Iraq, Kuwait o Afganistán existían McDonald’s cuando estos países estaban en guerra, aunque algún lector podrá encontrar tal vez alguna excepción a esta regla, en guerras tan recientes como la de Yugoslavia o la Guerra de la Malvinas. Pero, ojo, porque se equivocarían.
 
 
La guerra de los Balcanes fue una guerra civil y solo puede considerarse una guerra internacional cuando la OTAN bombardeó Serbia, pero claro, la OTAN en sí misma no es un país, sino una organización. Y la Guerra de las Malvinas, entre Reino Unido y Argentina, sucedió en 1982, tres años antes de que la cadena de hamburguesas se instalase por primera vez en Buenos Aires.


Critiquemos lo que queramos del actual modelo económico que tenemos, y estaremos en lo cierto, pero que no nos quiten lo bailado: el capitalismo globalizador al menos nos ha traído paz. Y si no lo sabemos apreciar correctamente, mejor preguntemos a nuestros abuelos qué tal se vive entre trincheras y refugios, entre miserias, hambruna y muerte, entre bombas y balas. Yo me apunto a las hamburguesas, clarísimamente. ¡Viva el euroahorro!


PD: Recientemente leí que un tal Frank Fukuyama vaticinó en 1992 que, gracias a la desparición del mundo comunista y la consecuente finalización de las batallas ideológicas, el capitalismo se convirtió no en el mejor modelo económico, sino en el único factible y viable. Y aunque se pueda desprender de sus palabras que defiende el capitalismo, sus análisis los realiza desde una posición de resignación. El artículo de Fukuyuma se titula "El fin de la historia", ideas en las que profundizó en su libro "El fin de la historia y el último hombre". 

lunes, 22 de agosto de 2011

¿De verdad querríamos democracia directa?

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Uno de los (pocos) mensajes que caló en la sociedad a raíz del movimiento 15-M fue la necesidad de una mayor participación ciudadana en el sistema político establecido. Entre otras propuestas, la oportunidad de establecer un sistema de democracia participativa era la hoja de ruta más atractiva y llamativa para aquellos sectores sociales que no comulgaban completamente con los postulados ideológicos de los acampados.

Luces entre las sombras son las que emergen en los rincones más nororientales de nuestras Españas; con la elección de varios ediles del Partit dels Pirates de Catalunya, los votos de los cuales, en los plenos municipales, habrán sido decididos mediante sufragio telemático previo entre sus simpatizantes. El sistema es justo, accesible, sencillo y transparente, tal y como nos vendieron en las utopías del 15-M.

Por otro, Solidaritat ha otorgado a sus militantes, vía telemática, la potestad para decidir si el partido debe o no presentarse a las elecciones generales del 20-N, o con quién. De momento, y salvo vuelco de última hora o pucherazo entre bastidores, la opción preferida es la de presentarse en coalición con el resto de partidos independentistas, y si no pudiera ser de esta manera, no debían presentarse.

Admiro sin limitaciones estas medidas, y ojalá se extendieran entre el resto de partidos políticos. Mientras tanto, vomitaremos nuestro voto en las urnas cada cuatro años, como borregos adiestrados para restar calladitos y obedientes. Esta mierda de democracia solo es comparable a la incultura que reina en nuestro país: ¿hemos de dar la última palabra a la ciudadanía, cuando ésta hace líder de audiencia a programas como Sálvame? ¿Podría pasar que el remedio fuera peor que la enfermedad, y que una democracia real y directa fuera intolerante con las minorías étnicas, lingüísticas y religiosas? ¿Seremos capaces de otorgarnos el poder real, cuando sabemos que no somos capaces de ostentarlo justamente?


Esta dicotomía entre democracia real y gobierno de los mejores es, sin duda, el reto más importante al que se enfrentará nuestra sociedad en las próximas décadas. Salvo que nos programen seis Barça-Madrid al año y nos anulen totalmente... Ah, no, calla! Si eso ya lo han hecho!

Cría Mous y te sacarán los ojos

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Tras la resaca del enésimo clásico de 2011, se hace patente, al menos en mi caso, el agotamiento sicológico que estos partidos tienen sobre la culerada. Ganamos, sí, pero siempre queda un regusto amargo en la victoria; en esto, Mourinho siempre gana. El portugués es el amargante más efectivo de la historia futbolística-gastronómica.

Aunque Mou, más que meter el dedo en la llaga, lo ha metido en el ojo de Tito Vilanova, un hombre que, de no ser por una falange ajena, solo lo conoceríamos en Can Barça. Aún tendría que darle las gracias a Mou por lanzarle al estrellato internacional…

“Ojo! – dice Pep – que como continuemos así, algún día nos haremos daño” Pero no se sabe si lo suyo era una amenaza, o más bien una súplica para acabar de una vez por todas con la violencia madridista. Sí, sí, eso es violencia, puesto que parece que en la capital confunden agresividad con el tortazo limpio, la acción fuerte con la guerra de Libia y la exageración con la violación del honor. Confundidos andan en la Casa Blanca, y desprestigiados están en el (resto del) mundo.

La tangana final es digna del recuerdo, y a la vez del olvido. Mirando atentamente las imágenes, se ve cómo, tras la (ida de) pinza de Marcelo, Mou se acerca a un Cesc retorcido por el dolor y hace el amago de pisarle. Y también se observa cómo, cuando se inicia la tangana, el sicópata Pepe le da una patada sin motivo aparente a Valdés, así, por la cara. Hay quién dirá que Villa también le dio lo suyo al ojo-saltarín de Özil, pero si vemos las imágenes solo se aprecia un empujón, previo pisotón del alemán (tal vez involuntario) a un Cesc aún en el suelo.

Luego, desde la caverna se justifican (excusatio non petita...) que Messi escupió a Mou, tras una patada a destiempo de Marcelo, aunque las imágenes muestren que el escupitajo de Lionel no se acerca ni a tres metros del portugués y ni tan solo iba en su dirección. Ese escupitajo, mezcla de saliva y bufido, es por la impotencia de ver acciones claramente criminales que quedan impunes.

También desde Madrid afirman que, tanto Pep como Vilanova, se acercaron al banquillo blanco y les dijeron que eran una banda. De hecho, dicen que Tito acompañó esta frase con un elocuente “hijos de puta” final. Suscribo totalmente las (infundadas) palabras de los entrenadores culés: el Madrid es una banda, pero una banda callejera, criminal, mafiosa, peligrosa y malvada. Si que a uno le llamen “banda” lo ofende de tal manera que puede dejar libre sus puños y piernas en pos de un frenesí agresor, es que lo de “banda” se le queda corto.

Por último, os pondré un ejemplo esclarecedor: si un hombre cualquiera me pega en la calle delante de un guardia, y yo caigo al suelo y me duelo exageradamente, ¿a quién detendrá el policía? Pues eso, que mucho ver la paja en el ojo ajeno, y no ver la viga en el propio. Tal vez, Mou quiso quitarle la pajita del ojo a Tito. O tal vez, Mou sea un topo del barcelonismo, o un submarino independentista, que en poco más de un año se ha cargado la "roja", la "rojita" y el señorío del Madrid.

¿Os acordáis que el Gobierno de España firmó un contrato de 30 millones de euros con el Madrid para que éste promocionara el turismo en nuestro país? Espero que Rajoy le recuerde a Zapatero este negocio tan provechoso para España...

Cría Mourinhos, que te sacarán los ojos.



lunes, 8 de agosto de 2011

Deutschland dominiert wieder

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Reconozco que llevo una temporada obcecado con Alemania. Es lógico que, en época de crisis, miremos más allá de nuestras fronteras en la búsqueda de un referente claro de cómo abordar y superar unos momentos económica y socialmente complicados. Pero el país más cercano en el que nos podemos comparar (emmillarar quedaría mejor) es, para mí, un mar de dudas y suspicacias.

No comprendo qué busca Alemania. No entiendo cómo un miembro preferente de la Unión Europea puede llevar a cabo políticas tan perjudiciales para con sus socios sudeuropeos, y más aún, qué pretende con tales políticas, más allá de su propio beneficio económico a corto plazo. ¿Qué gana Alemania con una Europa financieramente endeble, económicamente débil y con su prestigio bajo mínimos? ¿Qué obtiene Alemania de cargarse el euro y, quién sabe, obligar a los países sudeuropeos a crear una moneda diferente a la actual y mucho más inestable?

Si alguno tiene la oportunidad de leer las memorias de Winston Churchill, publicadas bajo el nombre de "La Segunda Guerra Mundial" y cuya redacción mereció para el Premier británico el premio Nobel de Literatura en 1953, gozará de una nueva perspectiva sobre la raza germánica. En estas memorias, Churchill repite una y otra vez "la necesidad de extirpar definitivamente a esa fuerza oscura teutona", "la bélica Prusia debe ser confinada, recluida y constantemente vigilada bajo un mandato internacional" o "Europa no florecerá en paz si se deja nuevamente renacer de sus cenizas a una derrotada Alemania".

Suya fue la idea de dividir a Alemania en cuatro zonas de ocupación (tres en un principio, puesto que no se contaba con la participación francesa), y que tales divisiones perduraran en el tiempo para impedir una unificación germana que volviera a incendiar Europa.

 ¿Una Europa sin Alemania?

Sin embargo, los acontecimientos posteriores a 1945 abocaron a una guerra de bloques entre los soviéticos y los occidentales, y cada área de influencia comenzó a tratar a sus zonas alemanas ocupadas no como enemigos sino como aliados. De aquí el plan Marschall, la unificación de las zonas inglesa, estadounidense y francesa en una sola Alemania Federal, la mítica frase kennedyniana "Ich bin ein Berliner"...

Alemania, bajo el paraguas protector de sus antiguos enemigos, volvía a renacer y en pocos años retomaba el liderazgo económico de Europa. Pero algo debió cambiar para que el antaño "peligro teutón" fuera aceptado con los brazos abiertos por naciones y países que, pocos años antes, habían sufrido el yugo alemán en sus propios territorios.

Tres fueron las contraprestaciones alemanas para su plena integración en el mundo occidental. La primera medida fueron los juicios de Nüremberg, un proceso inédito donde fueron condenados a muerte la gran mayoría de miembros destacados del gobierno y ejército nazi. El segundo, igualmente doloroso para el pueblo alemán, fue la renuncia perpetua a los territorios germanos perdidos después de la guerra; no cabría en el futuro ninguna reclamación territorial sobre Austria, Polonia, Prusia, el sur de Dinamarca, la Alsacia y la Lorena francesas, los sudetes checos, etcétera. Alemania perdía más del 30% de su ancestral patria, y para siempre.

El tercer punto es el que me produce mayor desasosiego. Mediante el esfuerzo propagandístico del propio gobierno alemán, y gracias a una muy eficaz campaña de reeducación, se pasó de 60 millones de alemanes, más o menos simpatizantes con el movimiento nazi, a una masa igualmente numerosa de germanos avergonzados y arrepentidos de su propio pasado. Se cambió la mentalidad de un pueblo entero y se plantó la semilla de la infamia en su propia historia. Y así hemos llegado hasta hoy.

Sorprende ver cómo actualmente cualquier referencia al período nazi en Alemania se ha convertido casi en un tabú. Pero no en el sentido que los aliados de entonces hubieran preferido; en vez de extirpar de la mentalidad alemana los fines últimos de conquista europea, se ha reeducado a la población para que abjuren de los métodos empleados por los nazis. Pero el objetivo último, ese mandato del destino que las grandes naciones conservan y hacen perdurar, continua intacto. Alemania, ahora como entonces, cree que debe liderar Europa. Cree, en definitiva, que son mejores que el resto de europeos. Y no se equivoque el lector, no acuso a los germanos de ser xenófobos o racistas. Es el subconsciente alemán el que marca esta tendencia, como el subconsciente catalán cree ser mejor que el resto de españoles.

Alemania no es una amenaza  militar para el resto de europa, claro está. Pero no nos equivoquemos; los alemanes anhelan (como haría cualquiera en su situación) volver a controlar Europa entera. Y harán lo (civilizadamente) posible para conseguirlo. Caiga quien caiga, sea Italia, España, el euro o la propia Unión Europea. Y lo peor, es que tiene todas las cartas para ganar la partida, y a nosotros no nos quedá ni un comodín. Pintan bastos para Europa, y pintan oros para Alemania.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Reyerta de banderas

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Nueva victoria española en futbol, esta vez en la modalidad sub'19, que asegura a España ser la principal potencia hegemónica de este deporte al menos durante una década. Paradójicamente, cuando se vive el momento más dulce en los deportes de equipo, se sufre la situacíón económica más amarga desde la transición.

Memoria viva de estos casi 40 años de democracia resulta el debate mal cerrado del café para todos. Mientras el Gobierno transitorio de ZP exige a las Comunidades Autónomas el retorno de dinero avanzado según las optimistas previsiones económicas, estas últimas piden que se descuente del fondo de competitividad que el Gobierno les adeuda. Y la deuda española está en las nubes, y en las celebraciones deportivas se prohibe a los jugadores exhibir otra bandera que no sea la rojigualda.

Caso aparte devienen las enseñas regionales. Algo falla en un país que, en sus celebraciones deportivas, escaparate patrio hacia el mundo, se prefiere esconder la bandera nacional para poder (re)lucir multitud de banderas autonómicas. Pero, ojo, que no solo generan polémica enseñas "díscolas" como la catalana o vasca, sino que también molesta en la meseta ver anudadas a la cintura de los campeones incluso las banderas andaluza y asturiana. Recordemos al lector que el caso español de exhibición multinacionalista no tiene comparación posible en el resto del mundo; somos un rara avis internacional.

Pero, ¿qué se ha hecho mal para que exista esta opinión, minoritaria pero significativa, contraria a la exhibición pública de la rojigualda? ¿Cómo esta opinión ha rebosado desde posiciones periféricas históricas (es decir, catalana y vasca) hasta regiones tan "españolas" como Asturias, Canarias y Andalucía? Desde nuestra posición periférica, amics meus, creeremos inconscientemente, y seguramente de manera errónea, que ondear la senyera tiene más significado y sentimiento que haciéndolo con la andaluza. Esto aquí, pero hay en la Meseta ciertos sectores, minoritarios pero significativos, que juzgan de igual y severe manera el exhibir franjas verdes o cruces magenta, y que aplauden las maneras del entrenador español. Pero no le hacen ascos a banderas no oficiales con muestras taurinas...



El "problema catalán", a ojos españolistas, se extiende como la pólvora, y debe ser frenado y extirpado de raíz. Esa será en parte la receta contra la crisis del próximo gobierno de Rajoy; devolución de competencias al gobierno central, recortes sociales y obediencia ciega a la germana Europa.

Se cultiva la imagen de futuro, para más allá de la crisis, de que España, vista su poca voluntad plurinacional, solo pueda llegar a funcionar en su máxima eficacia con un modelo de estado centralista, al estilo francés. Cala hondo el mensaje en la meseta, y ahoga las demandas dialogantes de los nacionalistas periféricos. Debe haber un cambio de concepto, piensan todos. El problema es que cada cual estira en su dirección. Y así, a ver tú cómo salimos de la crisis.

viernes, 29 de julio de 2011

Vectores de extinción

Hola Lector(es) y/o Lector(as)

La Tierra, nuestro hogar, lleva más de 4.500 millones de años vagando por el espacio y rotando respecto al Sol. La vida se desarrolló 1.000 millones de años más tarde, y durante los sucesivos 3.500 millones de años se han producido 5 grandes extinciones masivas.

La primera sucedió entre el Ordovícico y el Silúrico (pedazo de palabros...), es decir, hace 444 millones de años. Se cree que se debió a una época glacial extremadamente dura, que hizo congelarse la gran mayoría de costas del único continente que existía, Godwana, que derivó su posición hacia el polo sur. Un millón de años después, el deshielo provocó una subida en el nivel de las aguas que acabó por exterminar a los supervivientes de la era glacial. Se calcula que se extinguieron el 85% de las especias de seres vivos del planeta. Pero la vida continuó.
Fauna del Ordovícico

La segunda sucedió hace 360 millones de años, en pleno Devónico, cuando cerca del 75% de la especies se extinguieron. Entre las causas más problables de esta extinción, que duró casi, tres millones de años, destacan por un lado una posible interactuación extraterrestre (o sea, un meteorito), y por otro, la proliferación de plantas hizo que se eliminara gran cantidad de CO2 y se redujera el efecto invernadero, provocando de nuevo una época glacial que afectó sobre todo a las especies que habitaban los trópicos y el ecuador. Pero la vida continuó.

Fauna marina del Devónico

La tercera extinción es la más importante de todas, puesto que eliminó casi el 95% de las especies marinas y el 70% de los vertebrados. Esto sucedió hace 250 millones de años, entre el Pérmico y el Triásico, y sus causas no están claras. Desde el estallido de una supernova cercana, hasta una actividad volcánica inusitada, pasando por (como no) la caída de un meteorito, las posibilidades podrían ser diversas o incluso concurrentes. Se cree que durante millones de años la Tierra fue solo un páramo habitado por hongos y pequeños vertebrados, y nuestro planeta tardó varios eones en volver a la carrera evolutiva. Pero la vida continuó.

La cuarta fue la más benigna, hace unos 210 millones de años, entre el Triásico y el Jurásico, cuando cerca del 25% de la especies marinas desaparecieron, junto con grandes antepasados nuestros, los terápsidas, mezcla de mamíferos y reptiles, y los grandes anfibios (es decir, ranas gigantes con forma de cocodrilos). Las causas tampoco están claras, aunque la idea de grandes erupciones volcánicas marinas es la más defendida. Pero la vida continuó.

La quinta extinción es la más conocida, y sucedió a finales del Cretácico, hace 65 millones de años. Desaparecieron el 70% de las especies, entre ellas los dinosaurios, los saurios marinos y voladores, los invertebrados marinos (trilobites, amonitas, etc), los grandes peces, los helechos gigantes, los bosques de coníferas... La causa más probable es la caída de un meteorito, en el actual Yucatán. Gracias a esa gran extinción, los mamíferos, nuestros antepasados, lograron adueñarse del mundo y evolucionar hasta nosotros, los seres humanos, el Homo Sapiens Sapiens, que lleva apenas 200.000 años de existencia. Y la vida continuó.
Pterodáctil

Todas estas extinciones han tenido un llamado vector de extinción, aunque lo desconozcamos. Ya sea épocas glaciares, meteoritos o erupciones volcánicas masivas, todas las extinciones conllevan uno o más vectores de extinción.

El dodo

Hoy, en nuestra época, ha empezado una nueva gran extinción, mucho más mortífera y, lo que es peor, muchísimo más rápida y eficiente. En los últimos 10.000 años, se han extinguido los grandes mamíferos, conocidos como megafauna, tales como los mamuts, los dodos, los lobos gigantes, las ratas gigantes, el bisonte europeo... Actualmente, un 15% de las aves, un 25% de los mamíferos, un tercio de los peces y el 70% de las plantas están en amenazadas o en peligro de extinción. Y el vector de extinción de nuestra era, el Holoceno, somos nosotros. El Homo Sapiens Sapiens. Pero la vida, sin duda, continuará.

Adiós, ZP

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Parece que definitivamente las elecciones generales se adelantarán casi cinco meses, y se celebrarán el 20 de noviembre (para regocijo de la memoria de Franco). Esta medida no es para nada una decisión económica sino más bien una decisión política. La economía requiere seguridad, estabilidad y tranquilidad, y los especuladores mercados y Europa desean un presidente mártir que ejecute las medidas económicas necesarias para redireccionar la economía. Además, y para muestra un botón portugués o griego, un cambio de gobierno no significa una mejora de la situación del país. Por ello, esta decisión es más política, y por dos motivos fundamentales:

El primero es que el último barón socialista (sin contar al lehendakari López) es andaluz, se llama Griñán y se aventura a un abismo electoral en las autonómicas andaluzas, previstas para Marzo. De hecho, los sondeos predicen una mayoría absoluta del Partido Popular de Javier Arenas. Una coincidencia con las generales no haría más que perjudicar las pobres expectativas electorales del PSOE en Andalucía, puesto que su electorado votaría más en clave nacional que no en clave autonómica.

En definitiva, y ante la insistencia de Zapatero de agotar la legislatura, el barón andaluz se rebela y aclara que, en caso de coincidencia en el tiempo de las dos elecciones, su campaña sería tan crítica con el gobierno Zapatero que casi, casi, casi significaría una ruptura entre el PSOE andaluz y el aparato del partido en Madrid.

El segundo motivo es la presión de Rubalcaba de celebrar la contienda electoral lo más pronto posible. Las encuestas indican que, de celebrarse hoy las elecciones, la derrota del PSOE sería clara, pero digna, mientras que cuanto más tiempo se espere, más minadas estarán las posibilidades de Rubalcaba a gobernar. Eso indica claramente que las próximas noticias económicas no van a ser buenas, y no se espera una sorpresa informativa relacionada con un abandono definitivo de las armas por parte de ETA.

Zapatero, por tanto, ya tiene fecha de caducidad. Ya sabemos cuándo se jubilará y qué papel ha jugado en estos casi ocho años de gobierno. Una primera legislatura que asombró al mundo (de izquierdas) con leyes como la del matrimonio homosexual, la retirada de Iraq, la política de igualdad, la ley de la dependencia… Es decir, cuatro primeros años de populismo y socialdemocracia extrema que encandilaron a los españoles e incluso a muchos de los periféricos. En cambio, los últimos cuatro años han sido un seguido de improvisaciones, de decisiones impopulares, de un rumbo sin sentido ni meta y de una lapidación de su imagen pública hasta mínimos propios de Aznar.

No creo que, en conjunto, haya sido un presidente nefasto, pero las crisis siempre pasan factura hasta al mejor gestor o mejor comediante, según el caso. Pero esta última decisión de adelantar las elecciones confirma que, ante la presión de su partido, no sabe ejercer labores de hombre de estado. Cuando una decisión se basa más en el bien de unas siglas que no en beneficio del conjunto del país, la persona pasa de gobernante a político, de valiente a calculador, de coherente a coyuntural. Esto era lo que el 15-M criticaba en sus inicios, y vemos que, de momento, todo sigue igual en la villa y corte de Madrid

martes, 26 de julio de 2011

Hágase el pan

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),


Ya hace un mes que fue elegido el nuevo director general de la FAO, la Organización para la Alimentación y la Agricultura dependiente de la ONU, en la persona del brasileño José Grazinao da Silva, y tras una esperpéntica ronda de votaciones entre los más de 190 países miembros. Las imágenes del acontecimiento eran más parecidas a un mercado persa, a una compra-venta de votos propia de las Olimpiadas, que no a la designación para la dirección de la principal organización mundial contra el hambre.

La FAO, cuya dirección no debería comportar más poder y ambición que la de ayudar a un mundo necesitado, es hoy un apéndice más de la muy burocratizada e influenciada ONU; un pastelito para los golosos mandamases mundiales, una pieza intercambiable en el tablero del poder internacional. En definitiva, un cargo comprado por el mejor postor a cambio de favores pasados, presentes o futuros.

Que la presidencia de la FAO recaiga en un brasileño confirma la teoría de la consecución de un nuevo orden mundial donde las economías incipientes (los BRIC; Brasil, Rusia, India y China) exigen su correspondiente cuota de poder en este mundo multinacionalizado. Que uno de los perdedores haya sido el antiguo ministro de exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, muestra la decadencia del prestigio e influencia española más allá del Pirineo, el estrecho de Gibraltar y las primeras olas del Atlántico. España, internacionalmente, está sola, y no cabe esperar ni un solo apoyo o gesto por parte de nuestros hermanos socios en la UE

                                  

Pero es que la desgracia de tal organismo no ha sido esa bochornosa forma de gestionar la designación del nuevo director; la inmensa vergüenza de la FAO es su nulo éxito en la lucha contra el hambre y la mal nutrición de millones de personas. Se calcula que más de 1.000 millones de personas padecen hambre en pleno año 2011, es decir, tres veces la población estadounidense, 12 veces la alemana, 21 veces la española y 133 veces la catalana. Y su número crece por encima del crecimiento medio poblacional en nuestro planeta: cada vez más gente, y cada vez más hambrienta.

Algunos escépticos dirán que nuestro planeta padece una superpoblación intolerable, y que nuestros recursos no pueden abarcar tamaña población. Francamente, eso no es cierto. Desde los Urales hasta el Pacífico se extienden millones de hectáreas sin apenas población, en un clima capaz de albergar vida y de cultivar plantas. Pero lo que es peor; contamos con un primer mundo donde no se consumen toneladas y toneladas de alimentos que acaban en un container.

Pero el incremento del hambre en el mundo no solo se debe a una mala gestión de los alimentos por parte de todos los países. Contribuye esta nuestra conocida crisis a la subida del coste de los alimentos primarios, pero no porque su producción se encarezca, sino porque existen una serie de regulaciones desde los países ricos para el control y protección de la producción de alimentos autóctonos. Encareciendo el precio de venta, encareces las posibles exportaciones a países pobres. Y aquí la FAO no ha dicho ni mú.

Aunque la tragedia sobre el alto coste de los alimentos va más allá; existen paquetes especulativos sobre el precio de los alimentos que son comercializados por los bancos. Invertir en, por ejemplo, trigo en enero previendo una mala cosecha en los meses siguientes se convierte en un negocio rentable que bancos y entidades financieras ofrecen a sus clientes especuladores. Y aquí la FAO tampoco dice nada.

Por tanto, la vergüenza de la gestión de una organización que cuenta con más de 10.000 millones de euros de presupuesto (o sea, diez euros por persona hambrienta y año) se traduce en la compra-venta de votos para su dirección. La FAO solo es un lavado de cara para los países ricos. Fiat panis (hágase el pan), es el lema de la FAO. Pero el pan no se hizo, y los muertos de inanición se amontonan ante las puertas de nuestras casas.

miércoles, 20 de julio de 2011

La (no) importancia del nombre


Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

La importancia del nombre de un producto, fabricante o incluso persona es, sin duda, relativa. El uso de un determinado nombre para una empresa es, si cabe, más azaroso que meditado. Es más, tal vez la espontaneidad se premia: Fontanería Pepe, a pesar de su simpleza, puede tener más éxito que The Radical Fruit Company. Con todo, me fascina cómo hay veces que, sin que el gran público lo note(mos), cuadra a la perfección un fabricante y su producto.

La marca automovilística Volvo es un ejemplo de gran casamiento entre empresa y producto: Volvo significa en latín “yo ruedo”, es decir, la primera persona del singular del verbo rodar. La verdad es que el nombre le viene pintado, pero no se acaba de entender que se use un idioma (casi) muerto para bautizar a una empresa relacionada con lo que podríamos decir tecnología. Pero el uso de idiomas clásicos para el nombre de una compañía no solo se usa en el sector automovilístico (fabricantes, pero también modelos: Micra, Clío, Focus, Civic, Fabia…), sino que va desde multinacionales deportivas (Nike es “victoria” en griego) a marcas de refrescos (Aquarius era el encargado de un acueducto en la antigua Roma).

Siguiendo en el sector del motor, otro caso de latinización de marcas de vehículos la encontramos en Audi. Literalmente, Audi significa “escucho” (no era difícil adivinarlo), pero la relación entre escuchar y conducir se me escapa, como se venga a referir a el mucho o poco ruido que produce el motor. Este caso, el de Audi, se debió más a que su fundador, un tal Horch, no pudo ponerle su nombre a la marca por temas judiciales, y decidió traducir su apellido al latín (se ve, y los que dominan el alemán lo podrán contrastar, que Horch no deja de ser escuchar)

Otro caso que pasa sin pena ni gloria es el fabricante de coches español por excelencia: SEAT. El acrónimo significa “Sociedad Española de Automóviles de Turismo”. Siempre hemos sido los más originales de los europeos… Ahora, esta marca es parte de otra empresa alemana, Volkswagen, que (como ya es conocido) significa “coche del pueblo”, y cuyo nombre tiene sus orígenes en pleno inicio del mandato de Hitler. Este dictadorzuelo encargó a un austríaco, Ferdinand Porsche, la construcción de un utilitario para la clase media alemana. Años antes, Porsche ya había trabajado con otras empresas alemanes, tales como Mercedes-Benz

Curioso el caso también de Mercedes-Benz. Su fundador, Karl Benz, se alió con su principal competidor, Daimler, y fusionaron ambas empresas. A primeros del siglo XX, Daimler había fallecido, y ocupó su puesto en la empresa otro fabricante germano llamado Emil Jellinek, cuya hija era conocida cariñosamente como Mercédès… Al final, Emil impuso el nombre de su hija en el nuevo modelo de coche de la empresa, debido en parte (dicen…) a la colaboración de Mercédès en la elaboración de las características técnicas del vehículo.

Los alemanes, auténticos pioneros en el mundillo del motor, tampoco se rompieron mucho con el nombre de la marca BMW, Bayersiche Motoren Werke, es decir, Fábricas bávaras de motores, como tampoco lo hicieron con Opel, fundada por Adam Opel. Los franceses, en cambio, eran más dados al típico chovinismo galo, mezcla de orgullo patrio y falta de humildad, y todos los nombres de sus marcas provienen de sus creadores. Así, tenemos a Louis Renault, André Citroën y Jean-Jacques Peugeot.

Para acabar, más curioso es el caso del fabricante japonés Toyota. A parte de que su nombre es casi un palíndromo (“a Toyota” sí que lo sería), su nombre proviene de la ciudad nipona de Toyota, en la prefectura de Aichi. La gracia es que su fundador se llamaba Kiichiro Toyoda (sí, con de) pero, en vez de darle su nombre a la marca, prefirió ponerle el de su ciudad. Por el contrario, el otro gran fabricante japonés Nissan debe su nombre al acrónimo “Nippon Sangyo”, que significa “industria japonesa”.

Por último, un aparte sobre SEAT; es muy común que sus modelos se apelliden con el nombre de una ciudad española: Córdoba, Ibiza, Toledo, León… Lo que me hace recapacitar es que, estando su principal fábrica en Martorell, no se hayan dignado a bautizar ningún modelo con un topónimo catalán. ¿No sería bonito un SEAT L’Hospitalet, por ejemplo? O, para hacerlo más moderno, ¿qué tal SEAT Hospitaletum?

jueves, 7 de julio de 2011

El cuarto Reich

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

A finales del siglo pasado, cuando en Francia mandaba Chirac y en Alemania, Schroeder, se inició una alianza inconcebible antaño: el eje París-Berlín. La Unión Europea estaba aún verde y despoblada (15 miembros tenía, y que ahora nos parecen pocos), el euro era todavía una moneda abstracta y los EEUU eran la única potencia hegemónica. En ese contexto, los mandatarios galo y teutón se compenetraron más allá de la pura amistad personal, llegando a establecer lazos oficiales propios de países confederados.

El pacto alcanzado fue de gran calado, pero resumible en pocas frases: se repartieron la UE. Para Francia, la política exterior y defensa. Para Alemania, los límites de la ampliación y la política económica. Así, Francia veía confirmada su influencia colonial en África, su preponderancia en cuestiones internacionales (por ejemplo, la presidencia del FMI debía ser para alguien de la órbita francesa: Rodrigo Rato, Strauss-Kahn, etc.), la no supeditación de la futura fuerza militar europea a la OTAN, el rechazo a la guerra de Iraq…

En cambio, Alemania ganó poder elegir qué países podían entrar en la UE (los países del este y balcánicos, zona de influencia germana) y qué países no (ni Rusia, ni Turquía…). Pero sobre todo consiguió el poder económico: la presidencia del Banco Central Europeo (o sea, del euro) sería para un alemán o, al menos, para alguien conforme con las tesis económicas alemanas. Bruselas, en materia financiera y económica, debía hacer lo que le dictaran desde Berlín.


José María Aznar, tan odiado ahora, pero que la historia juzgará benevolentemente, tenía en mente situar a España entre las grandes naciones del mundo. Nunca España, desde la época imperial, había gozado de tanto poder de influencia en la esfera internacional. De ahí que tomara la decisión de ir de la mano de EEUU a la Guerra de Iraq o, incluso más importante, la de crear un claro competidor al poder franco-alemán: el eje Londres-Madrid-Roma. Durante las presidencias de Aznar y Blair, el eje París-Berlín gozó de poder limitado.

Pero todo cambió de la noche a la mañana. España cambió de signo político (y, por qué no decirlo, inició un rumbo en política internacional errante y sin sentido), el Reino Unido cambió de Premier, y el eje anglo-hispano-italiano se disolvió en los anales de la historia. Pero el eje franco-alemán, a pesar de los relevos en sus respectivas presidencias, continuó intacto. Y sin rival.

Y entonces llegó la crisis. Los países del sur, acostumbrados a reflotar su economía a base de gasto administrativo y devaluación de moneda, se enfrentan a una banca propia sin crédito ni líquido, incapaz de comprar deuda de su país. Por si no fuera poco, se topan con el muro alemán en el Banco Europeo: el euro no se devalúa, porqué a Alemania no le iría bien en sus exportaciones. Sin crédito y endeudados, los países del sur de Europa sucumben a merced de los mercados internacionales y los caprichos europeos (es decir, alemanes). El euro se convierte en el nuevo marco alemán con el que comprar deuda de los países del sur.

Así se cierra un círculo: Alemania exporta caro y compra deuda ajena barata, mientras los PIGS se endeudan hasta las cejas e importan demasiado caro, teniendo que solicitar ayudas europeas. Por poner un ejemplo: Grecia es intervenida con dinero alemán para pagar su deuda con Alemania. ¿Qué gana Alemania? Que el dinero (alemán) fluya (en Alemania), que se le reintegre su deuda y, sobre todo, y ojo al dato, minar el prestigio e influencia de un país miembro de la UE. Y así, con todos los PIGS de la zona Euro, hasta que todos obedezcan los designios alemanes, plegándose a sus caprichos y haciendo, en definitiva, lo mejor para Alemania. El sueño del cabo austríaco, versión 2011.

Dos apuntes extras:

1. La situación en el Reino Unido no es ni por asomo mejor que la española, sus recortes sociales no tienen nada que envidiar a los de los griegos, pero los ingleses conservan su propia moneda. Conservan su independencia económica. Por eso los PIGS no son los PIGS-UK.

2. Francia ejerce su influencia internacional de muchas maneras. Por ejemplo, ella ha sido quien más interesada estaba en iniciar la intervención en Libia. Se cuenta que Sarkozy llamó a Zapatero por teléfono y le dijo: "¿Te acuerdas que te conseguí una silla en la cumbre del G-20? Pues ahora devuélveme el favor, y apoya la guerra de Libia". Y aún estamos allí, y llevamos cinco meses...

miércoles, 29 de junio de 2011

Entre AVEs (no) alzamos el vuelo


Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Entre crisis anda el juego, con Grecia recortada y revolucionada, con una francesa al frente del FMI y, por fin, sin fútbol que nos anestesie las noticias. El pan anda caro y no hay circo hasta setiembre; el pueblo debería estar tirado al monte o tomando las calles, pero el espectáculo de los indignados ante el Parlament dejaron el movimiento en un coma vegetativo, que esperemos haya movido conciencias pero del que ya nada se espera.

Y así, la semana que conocemos que suprimen el AVE de Toledo a Albacete, pasando por Cuenca, por falta de personas (decían que cada día viajarían miles de viajeros, pero acabaron viajando nueve... aunque no sabemos si siempre eran los mismos, que podría ser...), pues eso, la misma semana conocemos que el Estado ha licitado la línea de alta velocidad de Madrid a Extremadura. España es el segundo país del mundo con más kilómetros de AVE tras China, pero aún no sabemos nada del corredor mediterranio. Mal gobierno y mala gestión.


La misma semana conocemos también que Artur Mas, o Arturo Manos-tijeretazos, propone bajar el IRPF a las rentas más altas, en plena osbcenidad fiscal, mientras que las empresas siguen sin tener crédito de los bancos, y el número de trabajadores activos es ya menor al resto de la población.

Esta misma semana, hoy mismo en concreto, conocemos que el 43% de los catalanes votaría a favor de la independencia, mientras que solo un 28% lo haría en contra. La gente quiere un cambio, y cualquier rumbo se contempla; aunque luego no más de un de un 25% se considera independentista. Cosas de las revoluciones silenciosas y de la desorientación ciudadana.

No alza el vuelo la economía; incluso el mejor artista del circo, el Barça, anda recortando secciones (que, por otro lado, con un solo amistoso del equipo de fútbol en el Camp Nou, tendríamos para pagar a la sección de beisbol...). No alza el vuelo nuestra sociedad; ni sin AVEs ni con ellos.

jueves, 16 de junio de 2011

Recortemos, sí, pero...

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Como amante (infiel) de la democracia que soy, me horroriza ver cómo unos representantes del pueblo elegidos por sufragio son sometidos a vejaciones, insultos, zarandeos e incluso a pedradas. Como auténtico convencido de que la soberanía popular reside (durante un periodo demasiado largo, dicho sea de paso) en el parlamento, me escandaliza ver cómo se bloquea su acceso y deber ser custidiado y protegido por sicópatas violentos las fuerzas del orden.

Pero las protestas son necesarias, aunque fallen en sus formas y yerren en el lugar escogido para llevarlas a cabo.

Como humilde adorador de la lógica y la matemática, admito que estos recortes son inevitables. Si en el año 2010 se recauda menos que en 2009, es normal que el presupuesto del ejercicio siguiente sea inferior: la única manera de no reducir las partidas presupuestarias sería endeudarse. Pero ya estamos demasiado endeudados, y Madrid tampoco ayuda (siempre, ya lo sabemos los catalanes, podemos decir que todo es culpa de Madrit...). O sea, que 3 menos 1 no va a dar 3 ni de coña....

Pero las protestas son necesarias, pues la ciudadanía debe mostrar su rechazo a los recortes en el bienestar colectivo, aunque estos estén bien justificados.

Como semi-entendido en política y, más concretamente, en la distribución de las competencias de cada administración en este nuestro Estado de las Autonomías, sé que son las Comunidades Autónomas quienes más competencias "sociales" gestionan. Por tanto, un recorte en sus presupuestos lleva implícito un recorte en materia social: más del 70% del gasto catalán corresponde a sanidad, educación y servicios sociales.

Pero las protestas son necesarias, porque la indignación (originariamente) no busca culpables, y solo nos sirve como el último escape ante la frustración que nos provocan los acontecimientos.

Como crítico periférico, debo destacar que nos están tomando el pelo, en muchas cosas pero concretamente en una: la deuda de España corresponde, en un 75%, al Gobierno Central. No es justo, ni equitativo, que sean las Autonomías (de momento, solo recorta Catalunya...) quienes paguen el pato de los recortes. Recortemos, sí, pero priorizemos: lo primero que debería recortarse es la barbaridad que se destina a las subvenciones a partidos políticos y sindicatos.

jueves, 9 de junio de 2011

Abanderados en el deporte

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Estamos acostumbrados, durante las celebraciones deportivas, a enarbolar banderas patrias como muestra de júbilo y pertinencia a una comunidad ciudadana concreta. Lo hemos visto con las celebraciones culés (inciso: en catalán, la forma correcta de los seguidores del Barça és "culers". Sería justo que la traducción directa al castellano fuera "culeros"...), y este fin de semana pasado lo pudimos ver también en París con Rafael Nadal.

El ser humano pierde raciocinio cuanto más masificado se encuentra: el individuo es listo, pero la masa se aborrega. Por ello, individualmente le daremos una importancia relativa a un trozo de tela, pero colectivamente ese trozo de tela será la prueba del algodón sobre la fidelidad y el compromiso con unos colores determinados.

Durante la resaca de Champions del Barça, muchos "tertulianos" nacionales criticaron, con más o menos intensidad, la nula presencia de banderas españolas entre los jugadores y aficionados. Les extraña, y con razón, que la rojigualda nos sea extraña. Es de comprender, entonces, que desde la Meseta siempre piensen en el Barça como un equipo a medio camino del extranjero. (Si esto fuera Canción de Hielo y Fuego, la relación España-Catalunya sería similar al binomio Stark-Bolton, Lannister-Castamere o Tyrell-Florent).

Por otro lado, sería inconcebible que un jugador culé sacara a pasear una bandera española: la hostilidad inconsciente de las masas se haría patente en seguida, y tardaría anys i panys en repararse su imagen pública. (Este comportamiento no es más que el reverso de la moneda de nuestros hermanos mesetarios: una muestra más de un nacionalismo excluyente. Pero es que el simple hecho de enarbolar una bandera en una victoria deportiva ya se podría considerar como un ejemplo claro de nacionalismo. Por tanto, y viendo que el juego se disputa nacional y nacionalistamente, ¿tonto el último?)

Como la muestra de banderas en las celebraciones es ya una tradición (y por desgracia casi una obligación), éstas acaban ocupando gran parte de las principales fotografías en la prensa. Pero es curioso observar aquellas publicaciones donde hacen más incapié en la bandera y menos en el deportista:


Puede apreciar el lector que en la prensa española, la victoria de Nadal es más o menos rojigualda, según el diario que la muestre. Por un lado, la prensa catalana y vasca, tanto deportiva como generalista (Sport, Mundo Deportivo, La Vanguardia, El Periódico, El Diario Vasco y El Correo) y la prensa española de izquierdas (El País y Público), muestran a Rafa Nadal como protagonista absoluto de la noticia. En cambio, tanto los diarios deportivos españoles (Marca y As) como la prensa conservadora (El Mundo, ABC y La Razón) el protagonismo lo comparten el tenista y la bandera nacional.

Desde una postura (contaminada) nacional, podríamos dilucidar que solo los diarios conservadores expresan esta victoria deportiva como una gesta más de la nación española: se apropian de la hazaña de Nadal para glorificar a la patria, cuando lo único que se glorifica es la cartera del tenista. Por otro lado, los medios progresistas y periféricos muestra la figura del tenista sin vestidos patrióticos, pero ambos colectivos por motivos diferentes. Los medios periféricos no muestran la enseña por ser, como dijimos antes, enseña extraña. Los progresistas, en cambio, la suprimen por un acto de espejismo contrario: si mis oponenetes ideológicos se apropian de la bandera, nosotros la obviaremos, aunque también sea la nuestra.

Esta diferencia tan evidente entre unos medios y otros no hace más que confirmar dos teorías:

1.- La (casi) obligación que tiene un deportista en mostrar una bandera nacional (o, análogamente, los vivas a un país) nos hace pensar que el nacionalismo impregna todos y cada uno de los poros del deporte.
2.- Tanto la presencia como la ausencia de la bandera en la noticia de una victoria deportiva demuestra que, paradójicamente, ambas posturas están afectadas por un aspecto del nacionalismo.

Alguno, por contra, podrá pensar que confundo patriotismo con nacionalismo. Bueno, a mi entender, son términos idénticos: el patriotismo es el nacionalismo consolidado por un estado. De nosotros depende que uno u otro opriman más o menos a las minorías...