viernes, 29 de julio de 2011

Vectores de extinción

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La Tierra, nuestro hogar, lleva más de 4.500 millones de años vagando por el espacio y rotando respecto al Sol. La vida se desarrolló 1.000 millones de años más tarde, y durante los sucesivos 3.500 millones de años se han producido 5 grandes extinciones masivas.

La primera sucedió entre el Ordovícico y el Silúrico (pedazo de palabros...), es decir, hace 444 millones de años. Se cree que se debió a una época glacial extremadamente dura, que hizo congelarse la gran mayoría de costas del único continente que existía, Godwana, que derivó su posición hacia el polo sur. Un millón de años después, el deshielo provocó una subida en el nivel de las aguas que acabó por exterminar a los supervivientes de la era glacial. Se calcula que se extinguieron el 85% de las especias de seres vivos del planeta. Pero la vida continuó.
Fauna del Ordovícico

La segunda sucedió hace 360 millones de años, en pleno Devónico, cuando cerca del 75% de la especies se extinguieron. Entre las causas más problables de esta extinción, que duró casi, tres millones de años, destacan por un lado una posible interactuación extraterrestre (o sea, un meteorito), y por otro, la proliferación de plantas hizo que se eliminara gran cantidad de CO2 y se redujera el efecto invernadero, provocando de nuevo una época glacial que afectó sobre todo a las especies que habitaban los trópicos y el ecuador. Pero la vida continuó.

Fauna marina del Devónico

La tercera extinción es la más importante de todas, puesto que eliminó casi el 95% de las especies marinas y el 70% de los vertebrados. Esto sucedió hace 250 millones de años, entre el Pérmico y el Triásico, y sus causas no están claras. Desde el estallido de una supernova cercana, hasta una actividad volcánica inusitada, pasando por (como no) la caída de un meteorito, las posibilidades podrían ser diversas o incluso concurrentes. Se cree que durante millones de años la Tierra fue solo un páramo habitado por hongos y pequeños vertebrados, y nuestro planeta tardó varios eones en volver a la carrera evolutiva. Pero la vida continuó.

La cuarta fue la más benigna, hace unos 210 millones de años, entre el Triásico y el Jurásico, cuando cerca del 25% de la especies marinas desaparecieron, junto con grandes antepasados nuestros, los terápsidas, mezcla de mamíferos y reptiles, y los grandes anfibios (es decir, ranas gigantes con forma de cocodrilos). Las causas tampoco están claras, aunque la idea de grandes erupciones volcánicas marinas es la más defendida. Pero la vida continuó.

La quinta extinción es la más conocida, y sucedió a finales del Cretácico, hace 65 millones de años. Desaparecieron el 70% de las especies, entre ellas los dinosaurios, los saurios marinos y voladores, los invertebrados marinos (trilobites, amonitas, etc), los grandes peces, los helechos gigantes, los bosques de coníferas... La causa más probable es la caída de un meteorito, en el actual Yucatán. Gracias a esa gran extinción, los mamíferos, nuestros antepasados, lograron adueñarse del mundo y evolucionar hasta nosotros, los seres humanos, el Homo Sapiens Sapiens, que lleva apenas 200.000 años de existencia. Y la vida continuó.
Pterodáctil

Todas estas extinciones han tenido un llamado vector de extinción, aunque lo desconozcamos. Ya sea épocas glaciares, meteoritos o erupciones volcánicas masivas, todas las extinciones conllevan uno o más vectores de extinción.

El dodo

Hoy, en nuestra época, ha empezado una nueva gran extinción, mucho más mortífera y, lo que es peor, muchísimo más rápida y eficiente. En los últimos 10.000 años, se han extinguido los grandes mamíferos, conocidos como megafauna, tales como los mamuts, los dodos, los lobos gigantes, las ratas gigantes, el bisonte europeo... Actualmente, un 15% de las aves, un 25% de los mamíferos, un tercio de los peces y el 70% de las plantas están en amenazadas o en peligro de extinción. Y el vector de extinción de nuestra era, el Holoceno, somos nosotros. El Homo Sapiens Sapiens. Pero la vida, sin duda, continuará.

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