lunes, 30 de agosto de 2010

El cainismo indepe, o cómo Jan no quiere Carretero y manta

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

En este solar patrio, en la amplia península, se practica un deporte (verdadera fiesta nacional) que consiste en matar al propio hermano. A veces, esta muerte es literal, otras, como la que nos ocupa, es figurada. En nuestro gran(dilocuente) país es tradición milenaria, ante una largo viaje, confluir en los fines, incluso en los medios, pero discrepar en los caminos y en los conductores. Ya pasó en la I República Española, en la II, en la Restauración, en la Guerra de Cuba, en la Guerra Civil (en uno y otro bando, incluso en el tercer bando, que era mayoritario)...

En casa nuestra, en el pequeño Principado, tenemos también lo nuestro, como buenos hijos ibéricos. Se hizo en su día con Solidaritat Catalana, que duró viva unos 15 minutos después de golear en las elecciones a Cortes, y se ha hecho de nuevo en las filas, mayoritarias, del independentismo catalán.

Hoy existen tres grandes partidos con vocación independentista, a saber: ERC, el único partido parlamentario, asambleísta (dicen) e izquierdista. Reagrupament, los rebeldes republicanos que se escindieron con vocación de crear una gran coalición independentista sin signo político definido (curioso lo de escindirse para crear algo mayor, verdad?). Y, por último, el neonato Solidaritat per la Independència, de Jan Laporta (y Rijkaard fuma...), Uriel Bertran (ex-ERC) y Alfons López Tena (ex-CDC, hombre fuerte de las Consultas populares, jurista... ojito con este hombre, que tiene bastante recorrido, y aún le queda más).

Bueno, una vez presentadas (hola, encantado...) las opciones, cabe decir que, desde el primer día de verano, los señores Carretero y Laporta, gallos de sus respectivos corrales, han intentado arrejuntarse para sumar en pro de la causa común. Pero parece, maldito cainismo, que no, que no se ajuntan, que son amiguetes y se quieren en demasía, pero que, oye, no les gusta ir en el mismo coche. Porque dicen las (malas) lenguas reagrupadas que el querido Jan quiere que todos vayan en su furgoneta, y el Carretero se niega, que dice que tiene coche propio, y que sea el Laporta con su truppe quienes se vengan al asiento de atrás.

Pues, qué queréis que os diga, a mí me hace gracia. Y me entristece. Tanto que se quieren al país, pero nada, nadie quiere bajarse del burro, todos amorrados a su insignificante poltrona de poder. Nadie cede para un fin común. Y eso que no he hablado de ERC, que estos sí que se apoltronan y, para más inri, practican el tiro al blanco (cámbiese "blanco" por "líder" y "tiro" por "asesinato con desmembramiento y posterior lanzamiento de sus partes a la masa para que las devoren con ansia y gula"). Porque Barrera se cargó a Tarradellas, Colom a Barrera, Carod-Rovira a Colom, y Puigcercós al Josep-Lluís. ¿Qué te hace pensar, Joan, que no te harán lo mismo? Como reyes visigodos... si, es que, nos viene de antiguo.

En definitiva, la división del independentismo (pronostico) hará que se pierda la (única?) oportunidad para caminar solitos. Y todo, por los egos y los cetros de los que (presumen) nos quieren gobernar. Por muy nobles que sean sus objetivos.

Considerandos...

Hola Lector(es) y/o Lectora(s)

Como cualquier hijo de vecino, uno se equivoca. Errar es de humanos, rectificar el error es de cobardes, y asumir el error es de valientes (los sabios no rectifican mucho, a pesar del dicho). Yo seré, pues, un cobarde, que sólo rectificaré.

Laura Riera fue absuelta del asesinato del edil popular de Viladecavalls Francisco Cano, tal como publicó en su día La Vanguardia. Y tal como afirma la noticia, durante el juicio, la acusada confesó que había mirado la matrícula del coche del concejal en la base de datos de su trabajo, pero que esta consulta se hizo dos meses después de que los etarras tuvieran ese dato en su poder, fruto de un seguimiento al edil.

Durante el juicio, el autor material del asesinato declaró que, para un etarra, que goza de 24 horas al día para planear un asesinato, sería ridículo pedir ayuda a colaboradores para labores de investigación y seguimiento. Es de una lógica aplastante (aun viniendo de un etarra...)

Fruto de este error, que no deja de demostrar que todos estamos (demasiado) influenciados y manipulados por la prensa imperante, he surfeado (con marea baja y mar en calma, que tampoco me va la vida en ello) por la red, y me he encontrado con que la tal Laura Riera denunció en su día haber sido sometida a torturas por parte de la Guardia Civil.

No es que le otorgue credibilidad ante tal hecho, pero sí que es verdad que, en plena democracia, los cuerpos de seguridad del estado no han tenido actuaciones del todo impecables, como demuestra una noticia en la Vanguardia y, casualidades de la vida, en la misma página que la anterior. A alguien le sonará (a mí, sí, pero no tiene mucho mérito...) la represión dirigida por el super-juez Garzón, azote populista de causas populares (o viceversa, azote popular de causas populistas), contra el movimiento independentista catalán cuando las Olimpiadas de L'Hospitalet del 92 (algunos dirán que fue en Barcelona... confunden sede con subsede... no pasa nada... les perdonamos)

Dicho esto, y aquello, que cada cual saque sus propias conclusiones, que, en el fondo, es lo único que podemos (si nos dejan) hacer.

viernes, 27 de agosto de 2010

El atolladero afgano

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Recuerdo vivamente, en 1996, cuando los talibán derrocaron al gobierno afgano e instauraron la charia en el país. Lo recuerdo porque ya en esa época era sensible a los derechos civiles y me entristeció sobremanera que un país cayera bajo el yugo de la intolerancia religiosa.

Recuerdo que, al poco tiempo, Afganistán pasó de cultivar el 90% de todo el opio del mundo a tan sólo el 10%. Pensé que, visto lo visto, algo bueno debían de tener los talibán. Recuerdo también que, en el norte del país, se fraguó una alianza (la Alianza del Norte) entre los opositores a los talibán; señores de la guerra, restos del gobierno legítimo, islamistas moderados, tribus y etnias no mayoritarias, etc. Su líder, antiguo jefe militar afgano cuando la invasión soviética, era el General Massoud. Él era el pegamento de la alianza y la esperanza anti-talibán.

El 9 de septiembre de 2001 Massoud fue asesinado por agentes talibán. Recuerdo que pensé que, finalmente, los talibán se impondrían en todo el país... Y llegó, dos días después, el 11-S.

Este octubre hará nueve años que el mundo occidental, con los Estados Unidos a la cabeza, invadió y ocupó Afganistán. Si vemos las fechas, EEUU tardó menos de un mes en organizar una invasión de todo un país, incluso en estado nacional de shock y consternación (extrañamente rápido, por cierto). Se derrotó a los talibán, se instauró un gobierno pseudo-democrático y se hizo una nueva constitución (islámica, por supuesto; la diferencia con la charia es bastante mínima, que conste), pero Bin Laden (el objetivo de la guerra; la segunda vez en la historia en declararse una guerra por una sola persona, después de Helena de Troya...), Bin Laden, decía, se escapó. Y el opio se volvió a cultivar.

Quise creer que esa guerra era justa. Claro, cómo pensar lo contrario, cuando todo el mundo (ONU y Liga Árabe incluida!!) estaba de acuerdo. Hoy, nueve años después y miles de cadáveres en el camino, ya no tengo esa convicción. Ya no creo que la causa se justa (si es que "guerra" y "justicia" no son paradójicas). Estamos imponiendo un sistema, una sociedad, a un pueblo que, irremediablemente, quiere ser otra cosa. Ni los buenos gestos, los actos solidarios, las ayudas billonarias de reconstrucción harán cambiar la imagen que tienen los afganos sobre las fuerzas de ocupación: son infieles ocupadores, imagen de la pecaminosa sociedad occidental y impositores por la fuerza de las armas de un gobierno no representativo de la afganidad.

El mundo occidental se retirará, previsiblemente, en 2011, con el rabo entre las piernas, dejando un gobierno corrupto e inestable, con la población más radicalizada que hace nueve años, y que, de bien seguro, derrocarán a sus gobernantes para volver a talibanizar el país.

¿Qué hacer con Afganistán y su gente? Sinceramente, y aunque sea cobarde, debemos dejarlos a su aire, a su suerte, abandonarlos a esa tiranía sangrienta que vendrá después de la retirada. Dejar que maten a los disidentes, que ejecuten a las mujeres descubiertas o educadas, que destruyan efigies milenarias y templos de otras confesiones, que instauren un régimen de terror e intolerancia.

¿Y el mundo occidental, qué debe hacer? Si el futuro gobierno talibán se queda en su casa y no mete las narices más allá de sus fronteras, que Occidente cierre los ojos a la barbarie y centre su vista en otros menesteres. Si los talibán vuelven a ayudar a los grupos terroristas islámicos, que Occidente haga la vista gorda, como hace con Pakistán, Arabia Saudí, Yemen, Omán, Irán...

Hoy sólo queda una solución: que Afganistán se cierre al mundo, y que el mundo se cierre a Afganistán.

Otra página negra en la historia de la humanidad no la hará más oscura de lo que ya es.

martes, 24 de agosto de 2010

Así, no

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

A nadie se le escapa, si es que nadie me conoce, que simpatizo con las ideas independentistas. Además, creo en el derecho de autodeterminación de los pueblos (que es parecido a lo anterior, pero no es lo mismo), como antaño creía cualquier demócrata. Por eso, nadie me podrá acusar de reaccionario cuando lea lo que escribiré. (Sé que no es del todo elegante comenzar justificándose... excusatio non petita...)

Este fin de semana, aprovechando la fiestas de Gràcia, ciertos colectivos intentaron homenajear a la colaboradora de ETA Laia Riera (Por cierto, señores periodistas de la Capital del Reino; la señorita Riera no es una etarra, era una colaboradora. Porque no es lo mismo "pertenencia a banda armada" que "colaboración con banda armada"; son dos delitos diferentes. Que tenga que venir un ingeniero a dar lecciones a los periodistas es ridículo y vergonzoso, tanto para quien da las lecciones como para quien las recibe. Aunque el matiz no sea de brocha gorda, la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero)

Me causa un profundo malestar que haya colectivos, muy significados con la independencia de Cataluña, que honren a una traidora. Sí, ha(n) leído bien: una traidora. Esa señorita, catalana de pro, dio la información necesaria para que otro catalán fuera vil y cobardemente asesinado por la banda terrorista ETA. Me avergüenzo de que mi pueblo, o parte de él, se enorgullezca de tal hecho.

Ese acto fue legal, moral y lícitamente prohibido por la Audiencia Nacional. Ya el simple hecho de plantear tal homenaje, aún sin haber prohibición por parte de la justicia, me parece de una bajeza moral impresionante. No cuadra amar a un país y defender a quienes asesinan a sus gentes. Voten lo que voten, y piensen lo que piensen.

Jamás creeré que una idea vale más que una vida. Jamás justificaré una lucha armada, incluso la defensa propia hace estremecerse todos mis pilares éticos. ¡El fin no justifica los medios, Maquiavelo! Y menos si el fin, como el que persiguen los etarras, se ha desvirtuado tanto que no queda rastro de ideología, puesto que ahora, quienes comandan (si es que alguien comanda) ETA son una panda de yonkis sicópatas, unos ni-nis sedientos de Diós sabe qué ansias, una monstruosa caricatura de lo que los auténticos luchadores por los derechos civiles colectivos fueron y representaron en los siglos pasados. Y me resulta inquietante que haya ni uno sólo de mis compatriotas que pueda ayudar en lo más mínimo a esa banda(da) de criminales.

Así no se construye el futuro. Así no se gana el respesto. Así no se convence a la gente. Así no se consigue nada. Así, no.

lunes, 23 de agosto de 2010

Hoy, Modern Family

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Justo acabo de ver en televisión, en la Neox, más concretamente, el estreno de una serie americana titulada Modern Family. Haré una pequeña introducción para situarla en órbita: trata de tres núcleos familiares (a)típicamente americanos. A saber:

1.- Un hombre de (tercera) edad, presumiblemente rico, casado recientemente con una joven colombiana de muy buen ver, la cual tiene un hijo de unos 11 años entradito en carnes. Ella proviene de un pueblecito "muy pobre, pero muy bonito, número uno en homicidios de mi país"

2.- Una pareja de hombres, gays, que acaban de adoptar a una niña vietnamita, porque, aunque habían pedido a una amiga lesbiana ser madre de alquiler, descartaron la idea, ya que "si normalmente son unas bordes, imagínatelas embarazadas..."

3.- Un padre, una madre, dos hijas adolescentes y un hijo en la infancia. La madre, descarriada en su juventud, ahora es la rigidez en persona, mientras que el padre se considera "un padre enrollado... me sé todos los bailes de High School Musical"

Bueno, ante tal presentación, parece que la serie sea un sucesión de gags, situaciones cómicas y momentos embarazosos. Pues sí... al principio. Luego se afloja irremediablemente, sin que por ello deje de haber momentos francamente vergonzantes (que, lo confieso, me hacen cambiar de canal durante breves segundos... no puedo con la vergüenza ajena...). Pero el abuelete ricachón, el más amanerado y enorme de los gays, y el padre molón pringao prometen ser personajes interesantemente graciosos.

Lo mejor es cuando te los juntan en un reunión familiar. Sí, son familia. El hombre de edad avanzada es el padre de uno de los gays y de la madre Rottenmeier (si non é vero...). Simpática escena. Aunque, claro, uno se acostumbra a "Padre de Familia", "Malcolm" o "Todo el mundo odia a Chris", y cualquier intento de plasmar a una familia americana, y que tal intento no sea extremadamente transgresor, deja una sensación de vacío, de quiero y no puedo, de agua de borrajas... Vamos, que, para mi gusto, se quedan cortos.

Empero... aplaudo este empeño de Neox de hacerse un hueco entre las generalistas, incluso intentando desbancar a su madre, Antena3. Estrenos como éste, y como "Almacén 13" (una especie de Torchwood a lo americano), y una combinación de "The Big Bang Theory", "El show de Cleveland", "Cómo conocí a vuestra madre", etc., hacen que Neox sea la cadena no generalista de la TDT con más audiencia. Entre Neox y "Tonterías las justas", estoy dejando de ver, muy a mi pesar, la Sexta...

Por cierto, a esa hora daban en Cuatro "Callejeros Viajeros". Hoy tocaba Malta, que la describían como "esa isla de camino entre Asia y Europa" (sic). Desde luego, dan ganas de quemar alguna (in)facultad de periodismo...

miércoles, 18 de agosto de 2010

El Anticatalanismo. Episodio V: Castilla, víctima y verdugo

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Hoy continuaré con la saga intelectualoide ultra-aburrida que empecé hace unos días. Sé que alguno(s) pensará(n) que es un tostón insufrible. No lo niego. Pero a veces es necesario ciertas dosis de parrafadas para clarificar posturas. Es como desbrozar un bosque para evitar los incendios, o hacer poda para que crezca el árbol (hoy tocan metáforas arborícolas...)

Continúo el tema del anticatalanismo, orientado hoy a lo que conocemos como Castilla, esa antigua nación que se convirtió en imperio y estado, a base de (im)poner sobre el mapa su sentir, a la vez que traicionaba su sentido.

Castilla, antes de la "unificación" de los Reyes Católicos (que no Rayos Catódicos, esos son otros), conservaba una clara diferenciación cultural dentro de la Península. Con la derrota de los Comuneros, un intento de federalización del naciente Imperio Español, Castilla se sublimó en España y España adoptó Castilla como base cultural. En definitiva, fue un caso de síndrome de Estocolmo, puesto que España era más flamenca o austríaca que española.

Castilla no se enriquece con el Imperio, al contrario. Sólo es capaz de nutrir al Estado de militares, burócratas y religiosos, mientras que sus productos y riquezas eran consumidas internamente, en vez de utilizar sus amplias fronteras para exportar y expandirse económicamente, y sus impuestos se utilizarán para pagar las guerras imperiales en Flandes, Italia y Alemania.

Y ahí nace, en cierto sentido, la tírria al catalán. Castilla no tolerará que, habiendo ella renunciado a sí misma por el bien del Imperio, Cataluña se mantenga en sus trece y conserve su espíritu. Castilla, orgullosa de una de sus pocas conquistas en el nuevo Estado, que su idioma sea el oficial, verá en esta resistencia idiomática catalana un claro acto de rebeldía. Cualquier reivindicación será tomada como un ataque personal.

Y al poco, nace Madrid. Esa aldea castellana ensanchada a base de decretos, de villa y corte, y de monumentos, creerá ser una ciudad abierta al mundo, puesto que fue la primera en recibir a la inmigración rural (principalmente castellana), y así se descastellanizará progresivamente. Y Madrid, frente a su cosmopolitanismo, encontrará una tozudez que las provincias (y los provincianos) intenten conservar su idiosincrasia diferenciada. Y verá con recelo que la otra gran urbe de la Península, la Ciudad Condal, le usurpe, o intente usurpar, parte de ese protagonismo que los siglos (y los reyes) le han otorgado.

Así, Castilla no deja de ser un inmenso páramo con una gran fuerza centrípeta que es Madrid. Y todo aquello que huya del centro, se verá como una traición al bien común.

¿Porqué yo renuncié (se preguntará Castilla) a mí misma y ellos no quieren renunciar?

martes, 17 de agosto de 2010

Google se quita la máscara

Hola Lector(es) y/o Lectora(s)

Don't be evil. Ese es el lema de Google. Curioso que aún conserven esa aura de ONG, de chicos buenos, de jóvenes idealistas, de progres telecos...

Después de años en que hemos (entre)visto cómo Google crecía y engullía con todo a su paso, de ver cómo se bajaba los pantalones con el Gobierno Chino, de cómo robaba datos de las redes Wi-fi sin protección mientras fotografiaban calle por calle, ahora, por fin, se quitan la careta. Google ya no defenderá más la neutralidad de la red.

Se alían de facto con Verizon, gigante de telefonía móvil, para venir a decir, en definitiva, que un proveedor de accesos (una operadora, vamos) pueda establecer políticas diferenciadas respecto a los servicios que presta. Es decir, a la larga, que le operador ofrezca la conexión óptima para según que servicios, y la reduzca a la nimiedad para otros servicios.

Por poner un ejemplo, un operador que priorice un portal de vídeos en concreto, pero reduzca la velocidad de transmisión para otro portal de vídeos, y al usuario, vaffanculo! Esto es como si, en la AP-7, un coche de la marca Toyota pague más que un coche de Nissan, o que tengan que ir a velocidades distintas. Es como si con un televisor Sony pudieras ver TV3, pero no Telecinco (yo firmo!), y con un LG pudieras ver la Sexta, pero no Teledeporte.

¿La razón de fondo de Google? Pues que quiere estar a buenas con las operadoras de telefonía móvil, porque para que la gente compre muchos más de sus androids, las redes deben mejorar en capacidad y calidad, fruto de las inversiones de las operadores. Que, por cierto, en calidad y precio, los accesos a Internet de los terminales móviles en España son igual de malos y caros que en el resto de Europa. CMT dixit.

Y las operadores de móviles, con el beneplácito de Google, pueden decidir invertir menos en mejoras, ya que pueden priorizar el acceso del usuario a servicios de Google, liberando caudal de otros servicios, que estarán, como decimos, capados. Y a ganar dinero, y a robar carteras!

¿Será el principio del fin? ¿Acabaremos teniendo, en nuestro acceso a banda ancha, clases de usuarios o cuotas premium? ¿Pagaremos más cuánto más descarguemos, y dependiendo de qué descarguemos? ¿Hemos creado, entre todos, un monstruo?

Vaya usted a saber... si le dejan.

lunes, 16 de agosto de 2010

Sueño rural de un finde de verano

Hola Lector(es) y/o Lectora(s)

Imagínate por un momento un paraje idílico, bucólico. Unos montes de pinedas y robledos y un pequeño valle entre ellos. Justo en medio del valle, un río describe su curso flanqueando una colina, en cuya cima se erige un castillo de piedra. Entre el castillo y la ladera de la colina, se extiende un número reducido de casas, mayoritariamente blancas. Sabes, porque lo sientes, que es un pueblo perdido, alejado de la civilización.

El tiempo aquí se ralentiza, prácticamente se detiene, mientras observas cómo la brisa mece ligeramente las banderolas que engalanan las calles estrechas, puesto que el pueblo está en fiestas. Y por una calle aún más estrecha, por donde sólo se puede acceder a pie o a tracción animal, encuentras, casi sin querer, la plaza mayor, con forma geométrica abstracta, y una modesta fuente en el centro, si lo hubiese, desde la que manan cuatro chorros de sus cuatro caras.

Desde la fuente, si te sitúas en su cara norte, y levantas la mirada hacia el cielo, se ve reinar el castillo como si fuera un rascacielos de piedra, sobresaliendo de entre los tejados de las casas bajas, acomplejadas por su tamaño. Y justo a la misma altura del castillo, pero en un saliente de la colina, aparece la escultura de un cristo, al que los lugareños le llaman "santo", con los brazos extendidos, como quien inicia un abrazo protector que acaba abarcando a todo el pueblo.

El aire huele a puro, a árbol y a roca, a flor y a guirnalda, a romero y a carne de caza. Huele a tranquilidad, a quietud. Huele a esfuerzo y a nostalgia, a vejez y a esperanza. Y todo mezclado, te evoca a otras épocas ya pasadas, donde el sudor de la frente era moneda de cambio, y el cambio era inimaginable.

Ese es mi pueblo. Y al volver a mi ciudad, he roto el ensueño, para caer, de nuevo, y durante un largo periodo, a la cruda, cruel, cruenta realidad.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El reflejo sardo

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Después de un tiempo (corto, a mi pesar) sin escribir, fruto de unas muy merecidísimas vacaciones, recupero la actividad en este blog.

Alguno sabrá que esta desconexión del mundanal ruido la disfruté en la isla de Cerdeña. Y he descubierto una manera diferente de ser mediterranio. Los sardos, hoy italianos, tienen un carácter alejado al de sus compatriotas del continente; son, como buenos italianos, puntales en las modas de la vestimenta, pero conservan cierto aire rústico, pueblerino, diría alguno, que es debido, sin duda, a su endémica insularidad.

El sardo, paciente pero iracundo, ha sido invadido durante su historia por fenicios, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes, pisanos y genoveses, catalanes y aragoneses, españoles, saboyanos y piamonteses... pero recuerdan y se enorgullecen de un (muy) pasado donde formaron una cierta unidad independiente, y que se atestugua con la inmensa cantidad de nuraghes (edificaciones megalíticas circulares) repartidos por la isla.

El sardo vive y come como un italiano cualquiera, aunque no abuse tanto de la pasta y la pizza, y se incline más por platos típicamente mediterranios. Deciros, por ejemplo, que la ensalada catalana (que es más un surtido de embutidos) se llamaba ensalada sarda.

El sardo, no acostumbrado aún a la reciente afluencia de turistas, es hospitalario y acogedor con los extraños, algo que no podemos destacar como principal virtud del italiano. El sardo habla sardo, poco, y habla italiano, y mucho, pero nunca lo oirás hablar otra lengua, ni tan solo inglés. Ni siquiera los jóvenes lo hablaban, para nuestro regodeo patrio.

El sardo de interior vive entre ruinas históricas de otros tiempos y ocupado con sus rebaños, especialmente, ovejas, de donde saca lo único exportable de la isla; sus lácteos. En cambio, el sardo de costa, especimen ocupador de sus múltiples playas, y envuelto de una capa de aceite para aumentar su (excesivo) bronceado, es el abanderado del dolce far niente, que contagia al visitante sin oposición alguna.

El sardo, por eso, tiene un defecto. Desconoce las normas de circulación. No respeta los límites de velocidad, las incorporaciones, los semáforos... Ignora lo que es un intermitente, salvo para el caso de adelantar a un vehículo; en este caso, pondrá el intermitente izquierdo hasta el fin del adelantamiento.

Jamás había visto tantos animales muertos por las carreteras; aves, gatos, perros, masas orgánicas indefinidas... Jamás, tampoco, había visto tantos ramos de flores en los postes, seguramente recuerdos de amigos y familiares de fallecidos en esas vías. Jamás pensé ver en un país europeo de primer orden autopistas con la calzada en tal mal estado.

Y el país, la isla, es (aún) un paraíso virginal mediterranio. Es un reflejo de lo que era nuestra costa a principios del siglo XX. O nosotros somos un reflejo de lo que será Cerdeña en un futuro no muy lejano. Y no sólo hablo del paisaje...