jueves, 13 de octubre de 2011

España: demagogia y mala gestión

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),


Decía en el último post que una de las cosas que debemos exigir a nuestros políticos es que eviten hacer demagogias y populismos. Pues como sucede en cualquier campaña electoral que se precie, ya ha aparecido el primer disparo populista, y de la mano del candidato de CiU, Duran i Lleida.

Este democristiano arreció la demagogia y la confrontación entre regiones, declarando que el PER (Plan de Empleo Rural) era un chanchullo político andaluz para pagar a la gente por ir al bar. Tal cual. No como en Catalunya, continuaba Duran, que los payeses lo pasan francamente mal para poder cosechar y cultivar, sin ayudas ni beneficios.

Vamos a ver, y vayamos por partes. El PER es un subsidio que se paga con fondos europeos en siete comunidades españolas, (las más pobres, para que quede claro). Así, un jornalero de temporada que trabaje en el campo durante 20 días tiene derecho a un subsidio durante seis meses. Parece un chollo, ¿verdad?. Trabajo 20 días para cobrar medio año del Estado.

Pues sí, es un chollo, no lo vamos a negar, pero este chollo ha permitido que miles de jornaleros no hayan de emigrar a las ciudades y dejen deshabitado el campo. A su vez, el PER ha frenado ligeramente una hipotética inmigración extranjera para suplir los puestos vacantes de jornaleros (Duran i Lleida, eso a usted, lo de frenar la inmigración, le tendría que poner palote, digo yo...). Y tampoco es que sea excesivo el gasto del PER: 200 millones anuales, que viene a ser como dos Aeropuertos de Lleida pero mejor invertidos. O no.

Porque, tras las declaraciones de Duran i Lleida, sin duda polémicas y demagógicas, han reaccionado los políticos andaluces. Portavoces del PP, PSOE e IU han acusado al dirigente de Unió de racista, clasista y xenófobo. Pero no se ha oído ni una sola voz crítica contra lo que, a todas luces, es un subsidio agrario desproporcionado.

Es decir, ante la demagogia, la respuesta es más demagogia, pero ni una sola propuesta de enmienda, cambio o solución. ¿Y por qué? Porque el PER da votos. Por eso desde el año pasado, en plena crisis, los días mínimos a trabajar para cobrar el PER pasaron de 35 a 20. Y nadie dijo ni pío.

Pero, visto desde el punto de vista catalán, lo que vino a decir Duran i Lleida (a quien le falló el ejemplo) es que no es justo que las regiones ricas, contribuyentes netas, tengan menos servicios que las regiones pobres, receptoras de estas contribuciones. Es decir y en este caso, que un jornalero andaluz (o extremeño, o manchego, o murciano...) tenga un subsidio y no en cambio un jornalero catalán (o navarro, o valenciano, o balear...).

Este argumento vale tanto para España como para Europa: no sería justo, por poner un ejemplo, que Alemania tuviera menos servicios que Grecia... Pero es que esto en Europa nunca ha pasado, no pasa y difícilmente pasará. Pero España, ay... España es otro cantar.

Aquí la “solidaridad” desequilibrada es obligatoria, y no hay opción de queja o de reforma. A no ser que seas vasco o navarro, quee ntonces puedes ir a tu bola. Pero si eres catalán, balear, valenciano (¡o madrileño!), te toca pagar más para recibir menos que aquel que paga menos y recibe más. Pero esto no es lo peor. Especialmente los últimos años se ha mezclado esta solidaridad desequilibrada con una pésima gestión del dinero público. Lo Mal Govern, en catalán antiguo.

Aquel que pudo ver el pasado domingo el programa de la Sexta, “Salvados”, tuvo una ración extra de lo que se puede definir como mala gestión: aeropuertos de miles de millones de inversión sin pasajeros ni aviones, AVEs a pueblos perdidos del Pirineo oscense o con tantos viajeros como pueden caber en un ascensor, obras faraónicas sin uso ni beneficio…

Para solucionar la solidaridad desequilibrada, se está proponiendo un nuevo pacto fiscal, pero ante la mala gestión… ¿quién habla de solucionar la mala gestión? Nadie. Porque en el fondo sabemos que nosotros mismos, los ciudadanos, callábamos como putas muertos cuando había bonanza económica y las administraciones gastaban a espuertas. España, país de demagogos y malos gestores.

¿Será verdad aquello de que cada país tiene los gobernantes que se merece…?


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