martes, 3 de mayo de 2011

Justicias decamerónicas

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Bin Laden: justicia vengativa

Diez años después (o casi) de los atentados(?) del 11-S, los EEUU han podido aplicar su (in)justicia al líder de Al Qaeda. Un comando aerotransportado de élite de la CIA ataca una ciudad residencial paquistaní donde se presume que se esconde Osama (que, a pesar de su nombre, os quiere poco o nada...). Una vez localizado, los soldados descienden de los helicópteros, entran en la vivienda y, cual targeta de visita, le meten un balazo en la cara a Bin Laden. Muy hollywoodiense. No me extrañaría si acabaran haciendo una película sobre lo sucedido.

Diez años después, y la gente salió a celebrar el asesinato de un terrorista. Ni una victoria de los Yankees o de los Lakers, ni la final de la Superbowl, ni tan solo la elección de Obama pudo congregar de una manera tan sincera y espontánea a tanta gente en las calles americanas. U-S-A era la consigna más gritada (Iu-es-ei! Iu-es-ei!...). Las imágenes de las celebraciones, cortesía de los corresponsales españoles en suelo americano, no dejaban distinguir si el ciudadano medio que jaleaba y se alegraba era, o bien más tirando a Noam Chomsky, o bien un calco de Homer Simpson.

Diez años después, y el pueblo americano ha saciado parte de su sed de venganza (entendible, comprensible, pero deleznable), pero hoy no duerme mejor. Saben que una mala política exterior puede crear una multitud de Bin Laden (por ello, Obama ordenó la retirada de Iraq y decidió no liderar la ofensiva a Libia. Por ello también, no ha querido salir en la foto en el pacto que ellos mismos habían cocinado). Hoy USA no dormirá mejor, pero sí quizás de aquí a diez años.

Bildu: justicia preventiva

Diez partidos ilegalizados desde la Ley de Partidos, y el abanico se va ampliando, y la justicia cada vez es menos justicia. Una vez ilegalizada Sortu, el gobierno, la justicia y PSOE y PP (que son la misma cosa, porque aquí la separación de poderes es una quimera, y el bipartidismo parece ser un cáncer), es decir, todo el aparato español-españolista ha decidido ilegalizar también a Bildu. Pero, ¿quiénes son estos de Bildu?. Pues es una coalición formada por Eusko Alkartasuna y Alternatiba, entre otros. Para hacer un símil con la política catalana: es como si hablásemos de ERC e Iniciativa. ¡Sí, sí, han ilegalizado a estos!

Diez años antes, Eusko Alkartasuna iba en coalición con el PNV, y junto con parte de Alternatiba, gobernaron en Euskadi con Ibarretxe de Lehendakari. Hoy, Alternatiba, por ejemplo, da apoyo y cogobierna con el PSE en la alcaldía de San Sebastián. Pero eso a la pseudojusticia española le da igual: si alguien cercano a ETA ve con buenos ojos un partido político, ya merece ser ilegalizado. Que más da que condenen el terrorismo, que no incumplan las leyes, que la coalición la formen partidos con una larga y contrastadísima trayectoria democrática. Se ilegaliza por sospechosa, por lo que pudiera hacer en un futuro.

Diez partidos ilegalizados después, y los que quedan, no sacian a los "constitucionalistas". Ahora, la decisión final sobre la suerte de Bildu la tomará el Tribunal Constitucional. Sería irónico que el que recorta en Catalunya abra puertas en Euskadi... Pero lo peor es la triste imagen de parcialidad de la justicia española, del enrocamiento en sus planteamientos del PP, y del seguidismo en este tema del PSOE. Bildu tiene el mismo derecho a presentarse a unas elecciones como el que más, pero no interesa. El bipartidismo españolista en Euskadi es una coalición de gobierno, y les interesa restar apoyos a los "otros", sea justo o injusto. Saben bien que, sin Bildu, el PNV no podrá gobernar en las diputaciones de Álaba ni Guipúzcoa. Saben bien, pues, que estas plazas caerán del lado del PSOE-PP.


La Vanguardia: justicia histórica

Diez décadas y treinta años después de su nacimiento, el diario catalán por antonomasia se reencuentra con sus raíces. Hoy La Vanguardia publica su primera edición en catalán, la lengua de su tierra, de sus lectores, de sus periodistas y columnistas. Es la lengua de Catalunya, que hoy se honra más a sí misma, y repara una anomalía histórica ante el gesto (para nada barato) de La Vanguardia. El diario que, a mi entender, engloba múltiples tendencias políticas y aún conserva cierta imparcialidad periodística, que ya rozaba la excelencia en sus artículos, hoy por fin alcanza la verdadera alma de Catalunya.

Diez años en el futuro, y tal vez siguiendo la estela del diario (que para eso es La Vanguardia) y yo me vea haciendo este humilde blog en los dos idiomas... Antes resucita Osama y legalizan Bildu... o no.

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