miércoles, 7 de marzo de 2012

Los Mossos no se enteran

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Los Mossos d'Esquadra no se enteran de qué va su profesión. Al menos algunos. Ya obvio su propensión hacia los golpes indiscriminados, los casos de tortura, las agresiones, los excesos en sus funciones y las constantes noticias negativas que salpican periódicamente los medios de comunicación. No sé si se les presta más atención que a otros cuerpos de seguridad, pero su imagen y su prestigio están bastante dañados.

Antaño fueron para los catalanes de la ceba algo menos que libertadores, que venían a sustituir a esos cuerpos extranjeros, fuerzas de opresión y colonizadores ajenos, como eran los Nacionales o la Guardia Civil. Ahora, algunos añoramos los tiempos pasados, llevando al extremo el refrán de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Que los Mossos necesitan una limpieza de personal en sus filas es algo que cada vez más gente reconoce. Y su corporativismo en la defensa de injusticias cometidas por compañeros no ayuda en nada a ganarse el afecto de la gente que, en teoría, deberían proteger y servir.

Hace un tiempo, en medio de las protestas por los recortes, algún sindicato policial iluminado propuso utilizar el castellano como lengua de comunicación en detrimento del catalán. Algo que, en cualquier situación, provoca un rechazo generalizado por la población que le paga el sueldo: utilizar la lengua como arma de protesta no es ingenioso sino oneroso. Es, sin duda, un exceso en sus atribuciones, una falta de sensibilidad y profesionalidad que un cuerpo de seguridad como los Mossos no se merecen.

Ahora han ido un poco más lejos: unos cuantos de estos policías se han constituido en plataforma para reivindicar la independencia de Catalunya. Mossos per la independència. Jamás un cuerpo de seguridad se debe significar políticamente. Jamás. Eso es propio de dictaduras, de regímenes pasados y de repúblicas banareras. Los Mossos deben obedecer, hacer cumplir y respetar las leyes y el orden público, y poco más. ¿Qué diríamos los catalanes si surgiese una plataforma de guardias civiles que se autodenominaran "Civiles por la Unidad de España"?

Pues eso, seamos coherentes y critiquemos estos desbarajustes de un òrgano que, como los jueces, deben conservar por encima de todo su neutralidad.

martes, 7 de febrero de 2012

De congresos descafeinados (y II)

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Tengo que confesar que estuve pendiente del televisor para saber quién había ganado el 38º Congreso del PSOE. Todo esto fue motivado por los rumores que circularon durante la semana pasada, en el que se apuntaba la victoria de Chacón por un ajustado margen. Sin embargo, Rubalcaba el Jacobino se impuso por 22 votos de sendos delgados, de 956 posibles.

La formación de la ejecutiva durante la madrugada no deja lugar de dudas: Alfredo no es magnánimo en la victoria y marginó a todo aquel que no le fue afín. Con una excepción; el díscolo Griñan ha sido nombrado Presidente del PSOE (figura símbolica), en substitución de otro andaluz, Manuel Chaves. Sin embargo, este gesto no es generoso; es para no provocar al Presidente de la Junta aún más descrédito de cara a la elecciones andaluzas. Se le ha perdonado, de momento, que él y sus ardientes y jóvenes partidarios socialistas andaluces apoyaran tenazmente a la candidata que se asociaba con el cambio, aunque fuera por descarte.

Chacón ha sido derrotada, pero su guerra puede que no haya acabado. Aunque la decepción de este revés le provoque una gran amargura, pues se veía muy claramente de Secretaria General, puede optar por ser la candidata al Gobierno. Y puede ser, en una rocambolesca trama futura, que Alfredo decida adoptar la bicefalia en el PSOE y deje el camino libre para Carme Chacón, esperando que sea ella quien se lleve el castañazo de 2014 contra un PP que puede haber sacado de la crisis al país.

Sin embargo, Rubalcaba es, digamoslo claro, viejo. Cuando se celebren las próximas generales, y como ya dije en la anterior entrada, 64 años y medio. Y no dudo de que su edad afecte a su capacidad para gobernar, pero me niego a creer que la generación de los 70-80, la generación mejor formada, no haya generado a un candidato mejor. Y sí, puede ser Eduardo Madina. Y no, no me paga para que hable de él.

Y no olvidemos que uno de las más vilipendiados en esta derrota chaconista ha sido el PSC. Su fracaso es triple: su candidata renegó de ellos durante la campaña, fue derrotada, y ganó el candidato centralista. Si Chacón no hubiera consentido voces discordantes, Rubalcaba no tolerará ni una tos. Quien se mueva, no sale en la foto.

El PSC, ante este panorama, se debate entre dos opciones: o bajar la cabeza como buenos siervos, o sufrir una desastrosa guerra civil entre los españolistas y los catalanistas. Este Congreso del PSOE puede haber cabado la tumba de la socialdemocracia catalana.




lunes, 6 de febrero de 2012

De congresos descafeinados (I)

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

El principal afectado por el tsunami azul de las pasadas elecciones generales es, obviamente, el PSOE. Apartado de todos los resortes de poder a nivel nacional, y esperando la anunciada debacle en su feudo andaluz, solo gestionará (y de manera compartida) el Gobierno Vasco. Triste bagaje del partido que una vez gobernó todo lo gobernable. El lector dirá que esto es normal, que se debe a los vaivenes electorales, las tendencias de voto y la crisis económica. Pero no, no es solamente eso.

El PSOE, como buen ejemplo de partido socialdemócrata europeo, vive una muy preocupante crisis de identidad y de ideario. El “de dónde venimos” está claro; lo que falla es el “a dónde vamos”. Y lejos de aprovechar la ocasión del congreso extraordinario para plantear un serio debate sobre el futuro o un brain-storming de nuevas ideas, dedicarán este evento a confrontar las dos viejas imágenes del PSOE.

Rubalcaba, candidato de lo que se denomina el “aparato”, encarna el alma socialista pura y llanamente española, muy en la línea de Bono, Ibarra y compañía. Suya es la concepción de una nación de izquierdas centralista, un calco del modelo francés de entre guerras. Unidad de programa, unidad de planteamientos, seriedad y experiencia, responsabilidad y senectud: Alfredo tendrá 64 y medio cuando se celebren las próximas elecciones generales.

Chacón, la (antigua) delfín de Zapatero, encarna esa ola de modernidad, de intelectualidad de izquierdas más allá del patriotismo; por sino fuera poco hándicap su condición de mujer y de catalana (España es, ante todo, un país profundamente machista y tradicionalista), defiende un modelo (ligeramente) federalista cuyo énfasis no deja de remarcar constantemente. Aúna los apoyos de los sectores más izquierdistas y más federalistas, y de aquellos que, como Tomás Gómez (secretarios del PSOE de Madrid), están enfrentados al aparato socialista. Es el de Chacón, más que un movimiento heterogéneo, una amalgama de antis y contras.

Recordemos por un momento el último congreso socialista que eligió secretario general a Zapatero. En este congreso se presentaron cuatro candidatos. Uno era el oficialista, el candidato del aparato: José Bono. El segundo en discordia era un desconocido diputado por León que sumaba apoyos de las más reformistas tendencias dentro del socialismo. La tercera candidata era una sparring del sector guerrista (de Alfonso Guerra), que la podríamos catalogar como la izquierda de la izquierda. La última candidata, representándose a sí misma, era Rosa Díez, que podríamos decir que era la derecha de la izquierda, o la izquierda más nacionalista.

De los cuatro candidatos, el que ganó (ZP) gobernó y sumó a su gobierno a su principal opositor (Bono), en un gesto sumamente táctico (“Ten cerca a tus amigos, pero más a tus enemigos" dicen que dijo Sun Tzu). La guerrista pasó a tercer plano, y Rosa Díez se fue del PSOE y fundó, con suerte dispar, UPyD. Ese congreso sí fue catártico, y significó el triunfo del socialismo plural en contraposición al tradicionalismo y nacionalismo español. Hasta que llegó la crisis.

En el congreso actualidad, difícilmente un candidato se podía imponer con facilidad al otro. Difícilmente alguno de los dos podría ser una buena elección como líder socialista. Mientras Alfredo y Carme se pelean, el PSOE se oxida y aumenta el peligro de seguir la senda de UCD (que, en una legislatura, pasó de gobernarlo todo a desaparecer como partido).

Y mientras, el militante socialista espera al único valor en alza: Eduardo Madina.

sábado, 7 de enero de 2012

La que nos espera

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Que los políticos no cumplen sus promesas electorales es algo que hasta el más inocente y crédulo de los votantes conoce a ciencia cierta. El PP se presentó a las elecciones con la clara promesa de no subir los impuestos y, sin llevar ni un mes en el poder, ya ha incumplido este punto. La excusa es que el déficit encontrado es mayor de lo esperado.

Los socialistas alegan, ante este desajuste del déficit, que los ingresos previstos eran más altos que los en realidad se recaudaron, puesto que se basaban en unas previsiones de crecimiento mayores, y avaladas por el FMI, la UE y otros engendros económico-burocráticos. Es decir, que los presupuestos se hicieron cuando aún creíamos que nos escaparíamos de la segunda recesión de esta profunda crisis. Sin embargo, las previsiones económicas hace décadas que no se cumplen, y la economía, lejos de repuntar, se escora dramáticamente hacia una constante depresión.

El PP, aprovechando una mayoría incuestionable (y unas irresistibles presiones germanas), ha anunciado la subida del IRPF para todo Dios, con especial escarnio a las rentas medias y altas. A su vez, y desmontando el ideario socialdemócrata, suben ligeramente las pensiones, mantienen los subsidios del paro y congelan (de momento) los recortes en los salarios de los funcionarios. Sabe bien don Mariano que los únicos que saldrían a la calle a protestar son los funcionarios, como bien sucede en Catalunya (que, como dice Enric Juliana, es el banco de pruebas de las políticas de recortes).

No obstante, este es el inicio de las tijeras, a la espera de que Javier Arenas se haga con la Junta andaluza y desbanque por fin a los socialistas de su último bastión de poder. Cuando en Sevilla gobierne lad erecha, los recortes se acrecentarán: subida del IVA, tijeretazo a las políticas sociales, bajada de sueldo a los funcionarios y ofensiva de ancho calado con(tra) las autonomías. Recentralizar España será la panacea económica para salir de la crisis, y así nos lo venderán.

El mensaje que se intenta transmitir a la sociedad es doble: por un lado, las autonomías deben ser llamadas al orden y deben ser despojadas de ciertas competencias que nunca debieron ser traspasadas: cultura, sanidad, fomento, política fiscal… Por otro, la bajada de sueldo de los funcionarios se hará con la complicidad y simpatía de la ciudadanía: ha calado hondo el pensamiento de que sobran funcionarios, de que estos trabajan poco y de que están demasiado protegidos. Cabezas de turco de la crisis, estos millones de empleados públicos estarán en la picota durante buena parte de la legislatura, con el beneplácito vengativo del resto de trabajadores y empresarios.

¿A qué nos aboca el descrédito hacia el empleado público? A un mayor apoyo social hacia la privatización de los organismos y servicios estatales: auténtico motivo de las políticas neoliberales. Así, con unos sindicatos y una oposición de izquierdas desacreditada y dividida, y unos funcionarios denigrados socialmente, el capitalismo agresivo habrá ganado una batalla en la guerra que él mismo provocó.

¿A qué nos aboca el descrédito de las autonomías? A una reconcentración de las competencias y a una disolución de las funciones autonómicas, y todo ello con la aserveración tácita del gran partido opositor. Rubalcaba así lo hizo patente en la presentación de su candidatura: más España, más unidad, más patriotismo.

Pero se presentan dos contratiempos a estas maniobras constructivas de un (pseudo)nuevo estado. El primero radica en el funcionariado. Con la pérdida de poder impositivo de los trabajadores públicos, el consumo decrecerá irremediablemente, ralentizando la recuperación económica. Además, un funcionariado caliente afectará al funcionamiento de los servicios sociales: hospitales sin personal, escuelas en precario, administración más lenta y farragosa, justicia pasivamente estancada y, cómo no, constantes huelgas, paros encubiertos y protestas sociales. Esta atmósfera creada afectará a la percepción ciudadana respecto al funcionamiento del estado y de las administraciones gubernamentales. El caos, la desidia o la idea de un país que se desmorona desde sus cimientos puede ser mucho más perjudicial que una subida de impuestos o unos recortes sociales. Aflorarán inevitablemente movimientos antisistema, antiestado, anticapitalismo, antiburocracia… caldo de cultivo de revueltas (que no necesariamente de revoluciones), ideas y partidos escasamente democráticos (que no necesariamente dictatoriales y fascistoides) y, en definitiva, un claro retroceso democrático.


El segundo problema que se genera es el debate mal cerrado de la concepción del estado español. Las islas que resistieron a la marea azul PPopular, Euskadi y Catalunya, no consentirán una recentralización en el concepto de la España Plural. Tensarán cuerdas y surgirán tiranteces entre los que desean una única y unida España (la inmensa mayoría de la sociedad española) y los que desean que, como mínimo, las cosas sigan como hasta ahora (es decir, la inmensa mayoría de las sociedades vasca y catalana).

La que nos espera...

martes, 27 de diciembre de 2011

Despues del 20-N

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

La marea azul ha borrado del mapa ibérico el rojo socialista. El mapa de las elecciones generales era muy locuaz; solo las provincias rebeldes vascongadas y catalanas desentonaban en la tónica general. Es el hecho diferenciador más claro desde la instauración de la democracia. Y lejos de causar una reflexión en la clase política española, han pasado totalmente desapercibidas.

El nuevo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afronta esta cruda etapa con algo más importante entre manos que el destino de una parte incomprendida de las Españas. La crisis amenaza, y no decrece, y Alemania se impacienta. Rajoy al menos ha conseguido algo de margen: un paquete de recortes ahora y otro en marzo, después de las elecciones andaluzas. La (re)conquista de España no puede ser completa hasta la conquista del Reino de Granada, como en 1492. Pero creedme, Rajoy no querría estar gobernando, porque duda de que sea(mos) capaz de salir de esta en breve.

Mientras, el PSOE se retira a lamerse sus heridas, que son muchas y profundas. No es un problema ideológico de la izquierda española, que también, sino que el vacío de la socialdemocracia afecta a toda Europa. Y lo peor que le puede pasar a la socialdemocracia es que, tras la crisis, haya un profundo sentimiento de vengaza contra las clases privilegiadas y los recortes en el estado del biniestar, porque ello sería pan para hoy y hambre para mañana. Les daría una prórroga de 15, tal vez, 20 años, pero al fin debería suceder un debate interno, de gran calado, sobre la construcción de un sistema económico y social alternativo a este capitalismo. Hasta entonces, a contracorriente.

La legislatura comienza pues con una mayoría absolutísima, con una monarquía salpicada y un principal partido opositor en plena guerra civil encubierta. Por suerte, jamás el Congreso fue tan plural. Por desgracia, jamás un Congreso tuvo menos poder que ahora.

Y Europa? Europa ya no existe.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Resumen del 2011

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Catalunya, región incomprendida e incoherente, agranda su desafección con España sin que ello se traduzca en victorias electorales de los independentistas. A lo sumo, cambia el largo y duradero color rojo del gobierno de su capital, a pesar de que el mismo partido en la Generalitat lidere los recortes a nivel nacional. El fútbol se convierte en el único motivo de orgullo ante una sociedad hastiada, desecantada y claramente desorientada. En calidad de la región más europea de las Españas, Catalunya ve asomar las orejas a los partidos xenófobos cual democracia escandinava se preste, puesto que las crisis son caldo de cultivo de ideas autoritarias.

España sufre el cuarto año de crisis entre ataques de los mercados y amenazas germanas. El 15-M se recuerda lejano e idealista, dipositadas en sus abstractas manos la fustración y la voluntad de cambio de una sociedad angustiada. Los terroristas etarras declaran un abandono de las armas permanente que escasamente incide en la sociedad en general, puesto que esta es una época de descreídos e incrédulos. Las elecciones municipales ya auguraron una marea azul que se hizo imparable en las generales de noviembre; el PSOE en desbandada, en caótico estado y en guerra civil encubierta, busca un referente que lo convierta, sino en partido ganador, al menos en opción creible. Rajoy se erige en estadista moderado y prepara los recortes que sacudirán los cimientos de un país que se hasta hace bien poco se creyó rico.

Europa, cuna de occidente, se encoge ante las continuas recesiones económicas y, de entre las cenizas, surge un líder de habla alemana para hacerse con el control absoluto, como si todo fuera parte de un plan tremendamente astuto y trazado con anterioridad. Los PIGS han caído, los tecnócratas se hacen con el poder y se desaloja al último gobierno socialdemócrata de Europa. Adiós de Zapatero y de Berlusconi, hola a las democracias tuteladas por Bruselas. El Norte domina al Sur, y los anglosajones se baten en retirada.

El mundo inició el año con esperanzas árabes fruto de sus revolucinarias primaveras twitteadas. Cayó Gadaffi y murió Bin Laden. Los BRIC crecen en tamaño e influencia y África crece gracias a las inversiones chinas, los nuevos banqueros-imperialistas de nuestro planeta.  Nace Sudán del Sur, para convertirse paradójicamente en uno de los estados más pobres del continente. El ciclo iniciado el 11 de setiembre de 2001 termina con derrota de occidente y sacudida de oriente; el terrorismo islamista decrece y la influencia estadounidense y europea se elimina. Nace una nueva era, en la que Europa es menos Europa, los EEUU se enclaustran y los emergentes toman el relevo. La era post-capitalista empieza ahora. Y todo quedará de igual manera que hasta ahora: mismo perro, distinto collar.



miércoles, 16 de noviembre de 2011

El consuelo del voto

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

No sé si es porque voy muy estresado, o porque las inminentes elecciones me la traen al pelo, pero tengo muy pocas ganas de comentar nada que sucede últimamente. Pero...

Señores, el domingo votamos. Ya no es cuestión de decidir quién nos gobernará (porque todo el mundo sabe que, gane quien gane, gobernará Merkel). Es cuestión de que, por una vez cada cuatro años que nos preguntan nuestra opinión, debemos hacer un ejercicio básico de democracia.

Este ejercicio básico es el dipositar una papeleta (bueno, de hecho dos) en una urna. Si queréis saber mi opinión, esta vez deberíamos votar en masa, pero no a los partidos tradicionales, sino a partidos que sabemos que nunca podrán gobernar. Sería nuestro derecho a la pataleta, nuestra muestra de disconformidad con los sistemas establecidos. Pero eso no pasará; somos, hoy más que nunca, una sociedad totalmente tutelada. Y además, nos lo merecemos.

Nos lo merecemos por nuestro pasotismo, nuestra desazón y nuestro nihilismo social. Nos lo merecemos porque solo sabemos opinar de política a la contra, a base de crítica y no de propuestas. Y a la vez, aceptamos el sistema, porque siempre dejamos que nos arrastre la corriente, en una apatía total hacia nuestros derechos como ciudadanos.

Yo creo en la democracia directa como principio, pero también soy consciente de que, como masa, no estamos para nada preparados ante este salto socialmente evolutivo. Pero, ¿qué hago para cambirlo? Pues, como mucho, escribir mis reflexiones en un blog. E incluso así, me sentiría eternamente satisfecho si consigo que una persona, solo una persona, se muestre disconforme aunque sea durante un instante. Es decir, aspiro a poco, y hago menos para cambiarlo. Yo, aquí y ahora, represento un prototipo de ciudadano indignado individualmente pero sin ganas, ni medios, ni ideas ni objectivos para cambiar una sociedad a todas luces decadente. Pero...

El domingo votaré, y votaré a un partido que jamás obtendrá representación, porque nada a contracorriente. Con eso, me sentiré satisfecho, quizás durante un tiempo, pensando que hice algo para cambiar nuestra sociedad. Amargo consuelo...

El hombre desdichado busca consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro, dicen que dijo Milan Kundera

viernes, 28 de octubre de 2011

La intención es lo que cuenta

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Hay bromas que son graciosas, hay otras que no tanto. Que Peces-Barba, padre de la Sagradísima Constitución Española, haga bromas histórico-políticas sobre la relación entre Catalunya y España puede ser gracioso pero es inadecuado.

Para los navegantes despistados, Peces-Barba declaró que  “qué hubiera pasado si nos hubiéramos quedado con los portugueses y hubiésemos dejado a los catalanes. Quizá nos hubiera ido mejor”. Además, y comentando sobre una posible secesión catalana, manifestó “No soy pesimista, estaremos en mejores condiciones que en otras épocas. No sé cuántas veces hubo que bombardear Barcelona.(...) Creo que esta vez se resolverá sin necesidad de bombardear Barcelona”

Qué queréis que os diga, a mí como broma no me ha hecho gracia. Pero entiendo que una persona leída, interesada por la política y la historia, pueda hacer tales reflexiones en tono jocoso. Que Peces-Barba lo piense, me parece genial. Que lo diga en público, no tanto. Pero lo peor viene tras un pequeño análisis.

Primero de todo, introduce aquí el concepto “nosotros-ellos”. El “nosotros” de Peces-Barba es España. El “ellos” somos los catalanes. Está dando por sentado algo que para nosotros tal vez sea obvio, Catalunya no es España. Los catalanes no somos españoles. Aunque para más de un catalán esta concepción sea motivo orgullo y reafirmación, para alguien que aún cree que podrían tenderse puentes entre Catalunya y España debe ser frustante. Que te lo digan tan claramente los que, en teoría, mandan y controlan (y dominan, por qué no decirlo) a Catalunya, es como decirte que eres algo extraño, algo ajeno, casi como un apestado o un intruso. Bien, esa es la mentalidad subyacente de España: Catalunya, por más que pasen los años, nunca será 100% España. Porque A no es B, como decía el post anterior.

Segundo, y ojo porque esto es mucho más peligroso, es la reacción a tales palabras. Los abogados catalanes que estaban presentes en la conferencia de Peces-Barba, al oír las declaraciones, se marcharon de la sala.Y Peces-Barba dijo, literalmente “dejad que salgan los que tienen que salir”. Y el resto del público aplaudió a rabiar. Querido(s) Lector(es): ¿cómo os sentís en un país que trata así a una parte de sus ciudadanos? ¿Qué escándalo se armaría si, en vez de catalanes, fuera con inmigrantes, mujeres u homosexuales?¿Os podéis imaginar esta misma situación con cualquier otro colectivo y que nadie, nadie, nadie en este puto país llamado España lanzase el grito al cielo, protestase, o rompiese una lanza a su favor?

Y tercero, quizás más cruel y denigrante. Peces-Barba, en sus disculpas, alegó que no era lo mismo hacer bromas con los bombardeos que sufrió Barcelona que con las víctimas del terrorismo o el bombardeo de Gernika. ¿Sabéis por qué dice que no es lo mismo? Porque los bombardeos de Barcelona fueron hechas por España, y el resto, no. Así de simple, así de cruel, así de tajante. Las salvajadas, genocidios o crueldades ajenas (no españolas) son ofensivas. Las propias (españolas) son anécdota de la historia. A pesar de que ninguna otra ciudad de España ha visto morir tanta gente inocente en manos del Ejército Español.

En resumen, las "bromas" en sí no deberían suponer problema alguno. Es la intención que hay detrás la que debe hacer reflexionar. Porque, como siempre se ha dicho, la intención es lo que cuenta.


Porque A no es B

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

El otro día (me) discutí con una chica, asturiana ella, por el tema del catalán. La verdad es que le entré al trapo, cual toro resoplando ,en cuanto soltó una frase, tristemente típica pero que (yo creía que) estaba en desuso: “Aquí (en Catalunya) solo se debería hablar español”.

Dejando de lado su afirmación, no es la primera vez que intuyo un fuerte nacionalismo español en gente proveniente de Asturias. Por lo que he podido ver, y quizás me equivoque, los asturianos sienten un profundo amor por su tierra, por Asturias, por su patria chica. Sin embargo, este sentimiento es completamente compatible con una estima igual de intensa hacia España.

Para clarificar esta reflexión, es la misma situación que me sucede a mí con L’Hospitalet y Catalunya: es un conjunto que forma parte indiscutiblemente de otro conjunto mayor. Un hospitalense es por definición ciudadano catalán. Por la misma razón, un asturiano es ciudadano español.
 

En la imagen anterior, A es Asturias y B es España. O lo queviene a ser lo mismo, A es L’Hospitalet y B es Catalunya.

Aquí un lector mesetario podrá alegar que lo mismo se podría aplicar a Catalunya y España. Pero yo, que soy de()formación de ciencias, aplico las matemáticas de conjuntos y digo que no, que no es lo mismo, por una sencilla razón matemática: el conjunto Catalunya no está exclusivamente integrado en el conjunto España. El conjunto catalán se extiende desde el Ebro hasta más allá de los Pirineos, o ¿es que un catalán del norte no se puede sentir catalán? Y este catalán del norte, ¿es catalán y, por tanto, español? Pues no, obviamente.
En la imagen anterior, A es Catalunya y B es España. La intersección de ambas es la Catalunya española.

Volviendo con los asturianos, ellos tienen muy claro que se puede ser asturiano de pura cepa y español puro y duro, y ven como una anomalía, un capricho catalán, que nosotros no creamos que hay una relación tan clara entre Catalunya y España. ¿Las razones? Históricas, políticas, sociales, y un largo etcétera.

Históricas, porque la gran mayoría de guerras en las que han tenido que luchar generaciones de catalanes han sido, o contra Castilla, o contra Francia. Además, porque España se ha construido sobre una base sólida y uniformemente castellana, que no ha incluido otras sensibilidades nacionales (como sí sucede en Suiza, Bélgica o Canadá) o no las ha respetado y diferenciado suficientemente (como sí sucede en el Reino Unido, entre Inglaterra, Escocia y Gales).

Políticas, porque desde la Primera República (allá por el 1870) no ha habido ni un solo Presidente del Gobierno español que fuera catalán, siendo como somos un 18% de la población y casi un 25% del PIB. Porque cualquier partido catalán (que no necesariamente catalanista) ha sido visto desde siempre como un partido extraño y sospechoso de separatismo. Porque da la impresión de que cualquier idea que provenga de Catalunya es nociva y contraria a España.

Sociales, porque jamás se ha hecho nada para defender la cultura catalana desde España. Porque el Instituto Cervantes, pagado por todos, solo defiende el castellano. Porque las tradiciones españolas siempre han sido las castellanas, las andaluzas, las manchegas, las madrileñas, las asturianas, las aragonesas, pero nunca las catalanas. Por cosas como esta o esta o esta.



miércoles, 19 de octubre de 2011

Puro politiqueo

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),


Ayer mismo, en el programa El Convidat de Albert Om, entrevistaron a Gerard Quintana, músico y líder de la banda catalana Sopa de Cabra. Para aquel que pudo ver el programa, tal vez le chocó que Gerard, hombre catalanoparlante y exponente de la música rock catalana, hablase con sus hijos en castellano. Si, como yo, decidisteis mirar otra cosa, quizás os hayáis enterado de tal hecho en los diarios digitales o en el twitter, donde el hashtag #yerardquintana hizo cierto furor.

Pues bien, parece que todas las sociedades cuentan con talibanes intransigentes, y Catalunya no es la excepción; miles de twitters criticando que el músico les hablase a sus hijos en el idioma de Cervantes. Se equivocan quienes pretenden imponer un idioma, y más si esta imposición se intenta realizar en la más estricta intimidad de una familia. Esto no es sino el reverso de lo que en épocas pretéritas se hacía en Catalunya. ¿Queremos convertir nuestra sociedad en algo menos que una dictadura franquista?

Por supuesto, y aunque tal hecho pueda causar sorpresa, se debe aceptar con la naturalidad que se haría si, en vez de elegir el castellano como lengua de comunicación con su familia, eligiese lenguas tan chics como la inglesa o francesa. Nadie se quejaría tanto, ni habría tanto ruido mediático. Esto solo sirve para demostrar que, aquí en Catalunya, existe el mismo recelo, el mismo odio o la misma cerrazón hacia el castellano que la que se demuestra diariamente en España hacia el catalán (valgan las quejas de varios medios en que fuera Pa Negre la película que representara a España en los Oscars…)

Que Gerard hable lo que quiera con sus hijos. Cada uno debería ser libre de hablar en su casa lo que le salga de las mismísimas laringes. Porque, criticando a Gerard Quintana, un catalán se sitúa al mismo nivel que un español intereconomizado.

Pero como me gusta repartir estopa a todo lo que se mueve, Gerard Quintana se equivoca en una cosa. En declaraciones posteriores, el músico decía, literalmente: “No pienso imponer que hablen una lengua”. Aquí yerra, en el concepto y en la forma. En la forma, porque da a entender que quienes hablan en catalán con sus hijos les están imponiendo el catalán. En el concepto, porque es él quien, eligiendo fríamente una lengua y no otra, está imponiendo una lengua a sus hijos que, según declara, no le es del todo propia.

En el fondo, la lengua con la que hables con tus hijos no debe ser una lengua impuesta o ajena a tu cultura. Debe ser, sin ningún tipo de dudas, aquella que te salga del corazón, de la estima, del amor. Aunque suene cursi. Lo demás, es decir, el simple y frío acto de elegir una lengua en cuestión para hablar con tus hijos, es puro pijerío o politiqueo.