martes, 12 de abril de 2011

Barcelona me frustra

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

En Barcelona ha triunfado el sí. Sí a la independencia, sí a la secesión, sí a romper España, sí a tocar el dos. Sí..., ¿seguro?.

Con esta participación (del 20% del padrón), y con este resultado (90% síes), las cosas están tal y como estaban antes: una participación baja e insuficiente, y con un resultado aclaparador y, a la vez, irrelevante. Barcelona, en vez de ser un punto y a parte, es simplemente una triste coma. No inclina la balanza, ni lidera, ni cierra o abre puertas, y esto nos lleva a preguntarnos si, realmente, estas consultas han servido para algo.

Barcelona no se ha mojado: ni con una alta o muy baja participación, ni con una presencia de noes elevada... Barcelona ha seguida la media de Catalunya, y ese es el fracaso. ¿Solo un 20% de la población quiere la independencia? ¿Dónde queda esa Barcelona, Cap i Casal de Catalunya?

Nadie más entusiasta con la democracia que un servidor, y nadie más encantado con la posibilidad, cada vez más cercana (eso creía), de la independencia. Pero, navegantes, lo de las consultas ha sido un fracaso. Lo siento, pero es así. Si en Barcelona, después de meses de votaciones anticipadas, de estantes por doquier, de voluntarios más pesados que los recoge-firmas de Greenpeace en la Plaza Catalunya, y, en definitiva, de tiempo, gente y dinero suficiente, se ha logrado SOLO un 20 %... es que la batalla está perdidísima.

Lamento ser tan pesimista, pero los organizadores se contentaban con un 10% de participación, y se sorprendieron de conseguir un 20%... diciendo que, por ejemplo, en la consulta de la Diagonal se llegó al 12% de participación. Sinceramente, que para algo tan serio e importante como la independencia vote tan solo uno de cada cinco barceloneses me hace replantearmes muchas, pero muchas cosas.

¿Se puede seguir luchando y soñando con algo que, en la mismísima capital de Catalunya, ha votado el 90% de un 20%? Poderse, tal vez se pueda, pero, ¿se debe seguir luchando? ¿No sería mejor gastar nuestras energías en otros fines? ¿No nos producen estas consultas, y similares, simple y llana frustación?
A mí, sin duda, Barcelona me ha frustrado.

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