miércoles, 1 de junio de 2011

Lo cortés no quita lo valiente


Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Como ya sabrá el lector, o puede dilucidar de mis otros escritos, el partido de Rosa Díez, UPyD, me produce cierta urticaria. Tras unas siglas grandilocuentes (¡Unión! ¡Progreso! ¡Democracia!) creo ver escondido el fantasma del más casposo reaccionarismo pasado. Como partido joven, su programa electoral está salpicado de propuestas más o menos demagógicas sobre transparencia política y reformas electorales (todos los partidos con una representación escasa defienden estos puntos).

Pero no me asusta su afán renovador de la política, no. Eso lo comparto. Lo que me pone los pelos como escarpias son sus propuestas nacionalistas españolas, encubiertas en falsas soflamas federalistas. Sí, sí, ellos se proclaman federalistas. Pero quieren que Educación vaya a cargo del gobierno central. O dicen que la nación española existe porque así lo quieren los ciudadanos (pero la nación catalana no existe, aunque así lo quieran sus ciudadanos...).


Invitan a soñar en un país español unido y (des)centralizado, en que los funcionarios y los alumnos pueden ir de una punta a otra del estado sin que un idioma u otro le limiten (¿para qué otros, si ya tenemos el castellano?). Son capaces de defender a la vez una defensa de los privilegios forales e insulares, mientras que abogan por suspender el cupo vasco. Y no crea el lector que son nacionalistas, no; quieren cambiar la Constitución para substituir la palabra "nacionalidad" por "comunidad autónoma", pensando que así se acabarán todos los malestares periféricos. Y tampoco penséis, navegantes, que el partido está montado para ir en contra de nadie; se nombra directamente a Cataluña un (ínfimo) total de 11 veces en su programa electoral.

Pero lo cortés no quita lo valiente, y allí donde UPyD ha sacado representación ha supuesto un saludable y novedoso aire fresco, al punto de dejar en evidencia a los partidos tradicionales (tal como cuenta el diario oficial del partido, El Mundo). Buenas noticias para los gobernados, malas para los gobernantes.

Con todo, UPyD tiene dos caras: la primera, PyD (progreso y democracia), es la autora de iniciativas como la anterior, y de otras (mejores) que estos días harán correr sus simpatizantes. La segunda cara, U (unión), es la que horroriza en las periferias hispánicas. La primera cara cae simpática en todos lados, pero la segunda solo lo hace en el Gran Madrid. Por ello, UPyD ha sacado más de 200.000 votos en la comunidad madrileña, mientras que en Catalunya apenas han llegado a los 2.000. Es decir, más del 40% de sus 460.000 votos en Madrid, y apenas un 0,4% en el Principado. No hace falta decir nada más...

2 comentarios:

  1. Tu ves union, yo progreso y democracia.

    Estas instalado en la critica destructiva, no aportas.

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  2. Tal vez porque no debo ser yo quien aporte nada a UPyD. Simplemente, y como ente reflexivo, reflexiono ante las evidentes contradicciones de un partido político.

    Igualmente, creo que con una moderación de su lenguaje claramante unionista podrían cosechar más seguidores en Catalunya. Recelamos, y con razón, de todo lo que huela a centripetismo.

    No he leído ni una sola crítica interna de UPyD por sus constantes malos resultados en el Principado... Al menos Mourinho se preguntaba "¿Por qué?" XD

    Un saludo!

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