lunes, 20 de diciembre de 2010

Kilómetro 0

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

España, desde la época de los primeros Borbones y sus carreteras reales y postas, es y siempre será un país duramente radial. El kilómetro 0 está en la Plaza del Sol, en la Puerta de Alcalá o en la Estación de Atocha, aunque económicamente no sea óptimo. Los Borbones, hacedores de la España centralista y jacobina (pues esta dinastía era oriunda de Francia, y la tierra pesa), desarrollaron un sistema radial por simple control político de un país recién salido de una guerra civil, con fuertes personalismos de las periferias, y en vistas de control lo que quedaba (que era mucho) del imperio español.

La noticias, las cartas oficiales y las órdenes debían salir de Madrid, la capital, hacia la periferia por las vías rápidas de los caminos reales. Y al revés: la comunicación de la periferia había de ir directamente hacia la sede real. No se podía permitir, por ejemplo, que hubiese una carretera real entre Barcelona y Valencia, territorios conquistados y rebeldes, después de la Guerra de Sucesión, que pudiera favorecer un rápido intercambio de información entre ambos territorios.

El modelo borbónico ha continuado durante toda la historia, ya fuese a base de autopistas, trenes, y ahora, trenes de alta velocidad. Madrid, kilómetro 0. Pero lo que es lógico desde el punto de vista político, no lo es tanto desde el punto de vista económico. Más de la mitad de las mercancias que circulan por tren se mueven por el corredor mediterranio. La línea que va desde Almería a Girona representa el 40% del PIB español. Los dos principales puertos, tanto de pasajeros como de contenedores, son Valencia y Barcelona. No existe alta velocidad que enlace con Europa.

Ahora, en una época de crisis, la meseta, harta de dispendios periféricos innecesarios, aviva el debate de que el estado de las autonomías es un derroche de dinero que España no se puede permitir. Pero la verdad es que el nacionalismo español, el centralismo en infraestructuras, es lo que lastra la economía española. Se construye AVE's a Valladolid, a Cuenca (mi querida Cuenca), a Albacete, mientras la Ford amenaza dejar Valencia si no se construye el corredor mediterranio. Las mercancías provenientes de China comienzan a preferir los puertos de Génova y Marsella antes que los del Levante español. España prefiere la política a la economía.

Recordemos: Madrid, como buen centro, es un agujero negro inmenso. En 200 kilómetros a la redonda todo es páramo. Ni ciudades grandes, ni industria, ni comercio, ni investigación. Páramo, serranía, casitas rústicas de segunda residencia. Cero productividad. Madrid, kilómetro 0 y agujero negro. Y mientras, el Levante, las Vascongadas, y quizás, Málaga, los verdaderos motores de España, sólo se pueden conectar entre sí a base de pasar por el agujero negro.

AVE Madrid - Sevilla: billete a 85 €
AVE Madrid - Valencia: billete a 70 €
AVE Madrid - Barcelona: billete a 115 €

Y encima, va más lento.

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