jueves, 29 de julio de 2010

Se regala bilis... porque sobra

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

Tengo una afición insana. Leo los comentarios de la gente en las noticias de los diarios digitales. Sé que me van a poner de mala leche, que me subirá la bilirrubina catalanista, y que me avergonzaré de la ignorancia de la que hace gala algún energúmeno. Pero no lo puedo evitar: es como tomarle el pulso a la sociedad. Me pone malo, en todos sus sentidos.

El gran Enric Juliana dice hoy en su artículo de La Vanguardia que, cito textualmente: "con aire acondicionado, un cierto margen de libertad sexual y la posibilidad de insultar al prójimo en los foros de internet, España muy posiblemente se habría ahorrado el amargo trance de la Guerra Civil". Cuánta razón tiene. Aunque si por algún forero fuera, los tanques estarían permanentemente en las calles. De Barcelona, se entiende.

No recitaré las lindeces que suelta la masa. En otra época más reivindicativa, en mi juventud (o adolescencia, tal vez), hubiera querido poder hablar con cada uno de ellos y dialogar. Pero ya no; se me acabó la pedagogía de tanto usarla. No soy sino un afectado más de la fractura social, del hartazgo de la permanente justificación de mi sentir y de mi opinión. Estaré abierto al diálogo, al intercambio de opiniones... bajo una base de respeto mutuo y cierta cultura democrática. No se puede razonar con quien no quiere razonar.

La desgracia es que, en este país, cada vez hay menos gente que razone, y menos gente que quiera razonar.

Por cierto, parece ser que los toreros, viendo que se les ha acabado el negocio en estas tierras catalanas, ahora se dedican a torear a personas... ¿Mereció la faena dos orejas y rabo?

Arrieros somos y en el camino nos encontraremos. O no.

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