lunes, 27 de septiembre de 2010

Vatican Connection

Hola Lector(es) y/o Lectora(s),

A primeros de noviembre, en la mismísima Barcelona, recibiremos la visita del Santo Padre. Del Sumo Pontífice. Del Vicario de Cristo. Del Obispo de Roma. Vamos, el Papa. Ese man in white, peregrino constante y, a la vez, Jefe de Estado de Ciudad del Vaticano, uno de los países más pequeños del mundo (por ahí dicen que es el más pequeño, pero creo que sólo cuentan la plaza de San Pedro y se ovidan de Castel Gandolfo).

Con la excusa de consagrar la Sagrada Família (sospecho que en verdad es para verla antes que la tuneladora del AVE se la cargue...), el Papa Benedicto XVI se estará un ratito por la Ciudad Condal. Hombre, la verdad es que hace gracia que venga un jefe de estado por estas periferias (y sin pasar antes por Barajas, para más recochineo). ¿O es que no nos motivaba la idea de ver a Obama por las Ramblas, cuando declaró que le gustaba Barcelona y querría visitarla?

Pero, claro, para un católico, aunque pratique poco, es algo un poco más especial. Es como si viniera el Rey de tu país, por muy poco monárquico que seas; siempre te entra una mezcla de orgullo patrio y admiración ante el poder. Pues con el Papa, para un cristiano, es parecido. Le debes cierto respeto, cierta lealtad, compartes con él esencias y creencias, tradiciones y fe. No quiere decir que sea menos patriótico por mi país por tener la lealtad divida (ya anuncio que, si hubiese una guerra entre el Vaticano y España (o Catalunya, puestos a imaginar), todos los católicos haríamos lo mismo; irnos a Perpinyà).

Pues aún falta más de un mes, pero cominezo a leer y oír que algún sector de la progresía quiere organizar actos de protesta con la visita. Aducen temas actuales, como la pederastia, y otros más eternos, como la discriminación a la mujer o el aborto.

Estoy convencido que Barcelona, con lo molona que es, super-guay progre-pija, organizadora de fórums de las culturas y ventana al mundo del respeto y la tolerancia, con todo eso y más, Barcelona saldrá a la calle a manifestarse contra la visita del Teócrata. Y volveremos a quedar como el culo. Como cuando, en la diada del año pasado, participantes y militantes de ICV silbaron e insultaron a la cantante israelí Noa, por eso, por ser israelí, cuando cantaba nada menos que el Cant dels Ocells. Para llamar a la Sole de 7 Vidas para que reparta collejas, la verdad.

Pero claro, ahora meterse con la Iglesia es políticamente correcto. Pues vamos a desmontar ciertos mitos que soltamos por ahí:

Pederastia: Hay curas que han cometido pederastia. Pero hay más casos de pederastia por parte de profesores o de familiares, y nadie dice que TODO el profesorado o TODO el entorno familiar sean pederastas, ni les montamos manifestaciones. ¿Qué debe hacer la Iglesia con estos crímenes en su seno? Denunciarlos. Y lo hace.

Modernización: La Iglesia es un club privado. Si no eres miembro, no puedes proponer ningún cambio en los estatutos; es igual que, por ejemplo, el Club de Polo. Pero nadie hace manis contra el susodicho club.

Condón: Ellos no te los pinchan, ni te los prohiben, sólo aconsejan: lo mejor para no contraer enfermedades sexuales o embarazos no deseados es no practicar relaciones sexuales. Es de una lógica insultante, digna de Spock.

Aborto y eutanasia: Daría para miles de post. Concedamos un empate técnico.

Sin con todo no convenzo a nadie, porque piensa que la Iglesia encarna maldad y conspiración, sufrimiento e ignorancia, y por eso quiere manifestarse y protestar por la visita del Papa, decirle una cosa: manifiéstate también contra Sálvame, no? ¿Es que no es maldad y conspiración, sufrimiento e ignorancia? Pues hay más espectadores de Sálvame que católicos practicantes.

La coherencia, dicen, es el recurso de las mentes inferiores. Pues a mí, me gusta la coherencia.

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